Hemos sido testigos de un sorprendente avance en Davos la semana pasada, cuando el presidente de Estados Unidos revisó el intercambio comercial global y su propio modelo económico global, a la vez que la Casa Blanca indicaba que ya no percibe a la economía como una ecuación de suma cero, contrario a su postura hasta la fecha.
Si volvemos la vista a la toma de posesión y al discurso de Trump hace un año, podemos recordar que claramente se refirió a la necesidad de generar la mayoría de empleos posibles suelo estadounidense, especialmente en el sector industrial, con el fin de beneficiar a sus ciudadanos. Esta visión del mundo tuvo un gran impacto en la política comercial, porque la relación de cooperación con otros países o regiones del mundo ya no era una alternativa, y el surgimiento de este concepto marco el camino de una probable guerra comercial con un efecto drástico en los conceptos arancelarios.
Un análisis de los sucesos en Davos sugiere que la estrategia de la administración Trump se ha modificado debido a la presión de China. Xi Jinping no asistió al foro económico de Suiza, pero los debates más intensos parecen haber partido de los representantes de China. El propósito es desarrollar e incrementar los efectos del programa “Belt and Road” que China inició en 2013, con el fin de convertir a China en el núcleo del comercio mundial.
El motor francés está gripado
El segundo punto que podemos destacar de lo sucedió la semana pasada es el crecimiento en Francia, que llegará a casi 2% en 2018, pero la tendencia no podrá ir más allá de esta cifra en el corto plazo. La razón principal es que el crecimiento de Francia se posiciona en contra de su incapacidad material de avanzar a mayor velocidad.
El país está pagando el precio del flojo impulso experimentado desde el 2011.
En un mundo tan cambiante, Francia parece a veces haberse detenido y sufrir esta inercia. En el periodo actual, cuando la historia parece haber retomado impulso, las presiones en la producción significan que es necesario un nuevo impulso y que el país necesita encaminarse por una ruta de mayor crecimiento de la que está acostumbrada.
Philippe Waechter es economista en Jefe de Natixis Asset Management, filial de Natixis IM.