Coincidiremos en no cuestionar la crisis política en la que nos encontramos inmersos en la actualidad de nuestro país. El siguiente episodio lo encontraremos el día 21 del próximo mes de diciembre, donde acudiremos a unas nuevas elecciones autonómicas en Cataluña.
Este escenario de agitación política ha generado un efecto muy negativo sobre la Bolsa española que genera un sentimiento de desconfianza a la hora de invertir al menos en el corto plazo. Sin embargo, es en esta circunstancia de adversidad donde podemos encontrar precisamente la oportunidad de inversión.
Es evidente que con estas elecciones en territorio catalán a la vuelta de la esquina la incertidumbre no sea pequeña, pero en un horizonte de inversión a medio plazo (dos a cinco años) la renta variable española se encuentra en un momento de compra idóneo.
Si nos fijamos en los datos empresariales a nivel doméstico, los resultados han mejorado de forma generalizada, las compañías han ganado enteros en términos de solidez, la economía española continúa creciendo y la inflación sigue sostenida en niveles bajos.
Con todos estos datos, podemos pensar lícitamente que el análisis por fundamentales de la bolsa española es más que positivo y por tanto idóneo para la toma de posiciones a medio plazo.
Pero claro, hay que valorar también otros factores. El frenético “rally” de la Bolsa norteamericana y sus altas cotas, sin precedentes históricos, podría dar lugar a correcciones significativas que sin duda tendrían un efecto arrastre sobre las bolsas europeas. Habría que empezar a valorar el coste de oportunidad que nos supone el mantener posiciones sobreponderadas en Bolsa estadounidense o por el contrario, contemplar la posibilidad de perderse una hipotética subida adicional de los índices de EE.UU.
Estimamos que el ciclo económico en Estados Unidos está mucho más maduro que en Europa y por tanto, más cercano a su final. La escalada de tipos prevista para el próximo ejercicio, tampoco invita al optimismo en lo que a la continuidad alcista se refiere.
En relación a la renta variable europea, aunque su avance también ha sido considerable, puede haber aún más margen de recorrido que en la americana. En concreto, el selectivo alemán DAX, ha abierto un diferencial positivo sobre el IBEX-35 del 30%. No parece esta diferencia algo relacionado con la realidad macro y empresarial. Las grandes empresas cotizadas españolas ganaron 32.000 millones de euros en los nueve primeros meses de 2017, es decir, un 18% mejor que el mismo periodo del año anterior y todo ello debido al repunte en las ventas, un mayor consumo. La contribución del negocio exterior y la eclosión de la actividad en nuestro territorio junto con la fortaleza del PIB, nos debería hacer reflexionar sobre la paradójica evolución de nuestra bolsa.
Una deducción que podría resultar lógica respecto a ese “gap” bursátil deficitario que experimenta el IBEX-35 respecto al principal índice europeo podría encontrar su causa sin sorprender a nadie en el proceso independentista catalán. El propio ministro de Economía ha tasado este déficit en un lastre del 20% para nuestro selectivo. En la adversidad se encuentra la oportunidad y si creemos que el conflicto catalán se irá solucionando…la oportunidad está clara.
Tribuna de Javier Huidobro, consejero y gestor de Inversiones en Diagonal Inversiones, A.V.