La tasa de inflación media ponderada de los países que conforman el índice MSCI All Country Asia ex Japan es del 1,7%. Esa tasa está en línea con Estados Unidos y por debajo del objetivo de la propia Reserva Federal para su economía nacional. En Tailandia, la tasa de inflación global es apenas superior a cero. A pesar de que el banco central revisó su rango objetivo de inflación a entre el 1% y el 4% en 2015, la tasa de inflación subyacente del país ha caído de un poco menos del 2% a su 0,5% actual.
En cierto sentido, esto es un logro. Evitar las presiones inflacionistas ha sido reconocido por el mercado y por la divisa, que hasta la fecha se ha apreciado un 7,5% frente al dólar estadounidense. Por otro lado, es un problema. Si los bancos centrales tienen objetivos, ¿no se supone que deben lograrlos? La Reserva Federal ha superado sistemáticamente su objetivo durante los últimos años, al igual que muchos otros países.
Estoy de acuerdo con el objetivo establecido por los tailandeses. Un objetivo al estilo estadounidense del 2% parece demasiado bajo para las economías asiáticas. No encuentro razones para justificar que sus tasas de inflación deban ser iguales o inferiores a las de Estados Unidos. Los mercados de divisas parecen estar de acuerdo, también, con el aumento del baht tailandés (7,61%), el won surcoreano (7,92%) y el dólar taiwanés (6,75%) frente a la moneda estadounidense (hasta el 31 de julio de 2017). Parece que muchos países de Asia están pidiendo alguna clase de estímulos: Corea del Sur, Taiwán, Singapur, Tailandia. Quizás incluso la India, también.
Los bancos centrales no parecen dispuestos o no pueden impulsar la inflación, y por lo tanto aumentar el crecimiento nominal del PIB. Y sin embargo, en los países donde han estado dispuestos y donde han triunfado –como en Japón en los últimos años y más recientemente en China– los márgenes corporativos se han ampliado, los beneficios se han acelerado, el sentimiento ha mejorado y las economías y los mercados bursátiles se han beneficiado de esto.
Quizás sería importante, en este momento, respaldar cualquier política monetaria con medidas de política fiscal. Los gobiernos necesitan reducir los impuestos o, mejor aún, aumentar el gasto, de modo que cualquier relajación monetaria esté respaldada en el gasto real. Sospecho que esto se puede hacer en el clima actual manteniendo los tipos de cambio estables. De hecho, el fracaso en estimular las economías sigue siendo uno de los mayores riesgos de mi visión, por lo demás bastante optimista, del crecimiento, los beneficios y de los mercados asiáticos en general.
Indonesia acaba de recortar sus tipos de interés en un movimiento que sorprendió a los mercados. Indudablemente, Indonesia tiene menos espacio para estimular que otros países de Asia. Sin embargo, su decisión apenas afectó a la moneda. La conclusión es clara: ¡estímulos para Asia, por favor!
Robert Horrocks es CIO de Matthews Asia.