La renta fija desempeña un papel importante en ayudar a los inversores a preservar el capital y generar ingresos, gracias a los pagos regulares de cupones que actúan como una fuente estable de ingresos año tras año. A medida que los inversores envejecen, la sabiduría común de inversión ha sido moverse hacia una asignación cada vez mayor en renta fija. Pero en el actual entorno de bajos tipos de interés se ha estado cuestionando este enfoque. Después de todo, ¿de qué sirve invertir en renta fija si no se obtiene mucho rendimiento?
Pero adoptar una visión tan estrecha deja fuera el panorama más amplio y podría llevar a perder otros beneficios que la asignación a renta fija puede proporcionar. El papel principal de la renta fija siempre ha sido preservar y proteger el capital, proporcionar ingresos estables es secundario. Además, los tipos de interés no han erosionado el poder adquisitivo de los ahorradores que invierten en esta clase de activos, ya que la inflación se ha mantenido bien contenida en los últimos ocho años.
Además, aunque los activos que se perciben como arriesgados han disfrutado de una trayectoria bastante decente en los últimos años, si observamos períodos de tiempo más largos, como desde comienzos del siglo, sus rendimientos han sido más constantes, tal y como revela el gráfico. Y esos perfiles de retorno se lograron con una volatilidad significativamente menor en comparación con la de los activos más arriesgados.
Volatilidad de la clase de activos (desviación estándar anualizada de los rendimientos mensuales) frente a los retornos anualizados, 2000-2017.
Cuando los tipos de interés suban
En un entorno de tipos crecientes, la renta fija continúa siendo una parte importante de la cartera global, pero hay diferentes riesgos a considerar. A medida que la Reserva Federal de Estados Unidos empieza a normalizar la política monetaria, las tasas de los treasuries estadounidenses podrían subir más de 100 a 200 puntos básicos en los próximos años. Como resultado, se espera que las primas de riesgo de los productos spread aumenten (tales como el crédito investment grade y la deuda high yield), ya que muchos están actualmente cerca de mínimos históricos.
Por lo tanto, hay ciertas características que se vuelven más importantes para una estrategia de renta fija a la hora de ayudar a una cartera a protegerse contra los riesgos. En primer lugar, una estrategia debe tener la capacidad de mover la duración a casi cero. Esto reduce la sensibilidad de la cartera a los movimientos de los tipos de interés. Otra herramienta que los inversores en deuda deberían tener a su disposición es la capacidad de invertir en los mercados de bonos fuera de sus países de origen. Esto se debe a que los mercados extranjeros pueden estar en diferentes momentos de su ciclo económico o monetario
Finalmente, una estrategia de renta fija debe ser capaz de cambiar activamente su perfil de riesgo y evitar ciegamente la persecución del rendimiento cuando los niveles de rentabilidad y los diferenciales se estrechan. Por ejemplo, mantener una gran exposición a deuda corporativa de baja calidad no es prudente, a nuestro juicio, dadas las elevadas valoraciones.
Permanecer activo
Un enfoque gestionado activamente para la renta fija posee todas estas cualidades. Sin embargo, los managers activos se enfrentan a un entorno cada vez más competitivo, ya que la amenaza de la inversión pasiva los obliga a aportar valor añadido. En una industria de gestión activa cada vez menor, sólo los más aptos sobrevivirán. Los inversores tendrán que prestar mucha atención al historial a largo plazo de su portfolio manager.
Muchos inversores se cuestionan por qué deberían incluir la gestión activa de la renta fija. Creemos que hay por lo menos dos buenas razones. En primer lugar, a diferencia de los índices bursátiles, que de alguna manera siguen el crecimiento de la economía o la tecnología, los índices de bonos llevan a los inversionistas de manera irrazonable a activos que tienen fundamentos deteriorados. Cuanto más deuda emita una entidad, más se expande su participación en el índice y, como resultado, los inversores pasivos terminan siendo propietarios de una porción mayor de los bonos emitidos por una compañía con un perfil de apalancamiento peor.
El entorno de bajos tipos de interés de la última década ha alentado a las corporaciones y gobiernos a aumentar el endeudamiento y extender sus vencimientos de deuda. Por ejemplo, las empresas estadounidenses emitieron un 30% más de bonos de larga duración en 2016 en comparación con el año anterior. El Tesoro de Estados Unidos también ha emitido bonos a 30 años y recientemente ha lanzado la idea de lanzar un bono a 50 años para financiar posibles estímulos fiscales en 2017.
Esto ha ampliado naturalmente el perfil de duración de los índices de bonos. El Bloomberg-Barclays Aggregate Bond Index tiene ahora una duración de 6 años frente a 4,5 en 2007. Esto implica que los inversores pasivos están un 30% más expuestos a la subida de tipos de interés de lo que lo estaban hace 10 años.
En segundo lugar, la expansión cuantitativa y la escasa financiación de los pasivos públicos a largo plazo ha creado una distorsión significativa en los mercados de bonos debido a la influencia dominante de inversores «no económicos», como los bancos centrales, que compran bonos sin considerar el rendimiento total. A medida que los bancos centrales comienzan a normalizar las políticas monetarias, los tipos inusualmente bajos y las primas de riesgo crean una demanda de investigación y gestión de riesgos más fundamentales. Bajo estas circunstancias, los managers que pueden invertir con confianza en grandes porciones de activos fuera del índice están mejor colocados para ofrecer rendimientos ajustados al riesgo.
Un hecho que los inversores de bonos deben tener en cuenta es que, a largo plazo, el rendimiento de sus carteras se derivará principalmente de los ingresos. Y la renta fija será uno de los principales contribuyentes a este esfuerzo, siempre que la estrategia sea lo suficientemente ágil como para adaptarse a las circunstancias cambiantes del mercado. Con este enfoque, permanecer activo es esencial.
Lynn Chen es responsable de renta fija total return de Aberdeen AM en la región de las Américas.
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