Las medidas que han tomado la mayoría de los países latinoamericanos en torno a la transparencia fiscal han impactado directamente en el trabajo del asesor financiero. Anteriormente la preocupación principal era la confidencialidad de la información y mantener la relación cliente/asesor en estricta privacidad. Pero ahora las reglas de juego han cambiado y el cliente comienza a focalizarse en las inversiones, buscando obtener de su asesor profesionalismo y resultados, es decir, la atención del inversor ha vuelto a estar en el rendimiento neto de la cuenta.
En este sentido hemos notado un cambio importante de los profesionales de la industria en la región, que buscan mejorar la eficiencia fiscal para el cliente y lograr que las colocaciones se adecuen a su perfil de riesgo y objetivos de inversión. La mayoría de los asesores financieros están buscando productos para optimizar los portafolios. Cumplir con las expectativas de retorno y de volatilidad deseada por el cliente se ha vuelto la prioridad al momento de asesorar.
Nuestro trabajo técnico, da un apoyo fundamental al asesor financiero, puesto que se centra en seleccionar los mejores activos en sus respectivas clases permitiéndoles al mismo tiempo identificar de forma rápida y eficiente los riesgos. Es nuestro trabajo optimizar esas inversiones, mejorar el retorno de cara al futuro y bajar la volatilidad. Cada producto seleccionado debe agregar valor y debe mejorar la relación riesgo/retorno del portafolio en su conjunto.
Este nuevo escenario nos obliga a ser muy cuidadosos a la hora de recomendar aumentar o disminuir exposición en una determinada clase de activo y debemos ser muy eficientes en la selección del mejor activo en su clase.
Los retornos se han vuelto cada vez más escasos o magros y la búsqueda de ingresos no debe deteriorar la calidad de los portafolios. En el momento de elegir el activo para incorporar a un portafolio debemos estar seguros de que se ha elegido el mejor en su clase. El resultado de una buena elección puede hacer una diferencia importante en el resultado final. Minimizar los efectos de las correcciones del mercado y potenciar los retornos hacen que nuestro trabajo sea valorado por los asesores.
Nuestros clientes, en la mayoría de los casos asesores financieros independientes, son cada vez más exigentes en las explicaciones técnicas de cada sugerencia. El cliente final ha aumentado su educación financiera haciendo el trabajo del asesor financiero cada vez más profesional.
No solamente apoyamos al asesor en la selección del activo adecuado, sino que ofrecemos monitoreo diario sobre los diferentes productos financieros recomendados, aspecto altamente valorado por nuestros clientes. Tener, a través de LATAM ConsultUS, un equipo con la vista permanente en el mercado detectando oportunidades o alertas para las inversiones, proponiendo cambios en busca de mejorar el retorno o disminuir el riesgo para el cliente final, ha sido la clave para el éxito de nuestra propuesta.
Opinión de María Camacho, estratega de inversión de LATAM ConsultUS