En los últimos 20 años, los mercados emergentes han pasado de un período de política económica inflexible hacia un modelo más abierto. El aumento resultante en el comercio y la inversión creó las condiciones que condujeron a la expansión demográfica que vemos ahora. Si el pasado ofrece una guía para el futuro, entonces esta ola demográfica aumentará la tasa de cambio en estas economías. Las industrias intensivas en mano de obra seguirán migrando su capacidad hacia países con una fijación de precios más competitiva de los factores clave de producción. Por esta y otras razones, los países emergentes deben evitar la complacencia y adoptar reformas para mejorar la competitividad.
Lo que las ciudades en crecimiento y la rápida urbanización sugieren es que las economías emergentes están en plena transición hacia un futuro en el que siguen siendo el proveedor global de la industria manufacturera, pero también albergan una clase media que está rápidamente acumulando riqueza y prosperidad. La diversidad de demanda que esta tendencia proporciona es de importancia mundial.
Muchas multinacionales ya han identificado esta tendencia y han adquirido los activos en el mundo en desarrollo. Una de las razones por las que los mercados emergentes parecen atractivos para las multinacionales es que las valoraciones suelen reflejar niveles de riesgo más altos que los experimentados en el mundo maduro. El manejo de estos riesgos puede ser fructífero.
Para una organización que busca el control, la capacidad de los emergentes puede parecer una ganga, porque ofrecen un crecimiento barato. En la actualidad, los emergentes proporcionan casi un tercio del crecimiento de los ingresos de S&P 500, reflejando la gran diferencia entre la inversión extranjera directa y la inversión de cartera observada en los últimos años.
Además, vemos señales de mejora de los estándares de gobierno en algunas corporaciones de los mercados emergentes, lo que refleja un progreso más amplio en el patrocinio y la regulación. Este conjunto de empresas presentan un vector de posible rentabilidad, ya que ofrecen acceso al crecimiento local. Estas empresas no son reliquias de la política industrial anterior, pero asignan capital de forma más pequeña y más ágil.
En nuestra opinión, una mejor gobernanza y regulación ayudará a diversificar y profundizar los sistemas bancarios de los emergentes. Y eso ayudará a la demanda e impulsará el crecimiento. Los países que tratan de abordar el déficit de riqueza mediante la reforma del mercado libre pueden experimentar un crecimiento superior. Muchos países emergentes han hecho grandes progresos en aliviar la pobreza. De ellos surge la creación de más y mejores empleos, y la industria consigue una mayor ventaja competitiva sostenible. Esto continuará, al tiempo que se protegen los derechos de propiedad y se da la bienvenida al capital extranjero.
Giles Bedford es portfolio manager de mercados emergentes de Pioneer Investments.