Esta carrera presidencial sin precedentes ha llegado a su fin y, una vez más, el voto anti sistema ha sido subestimado en las encuestas, por los periodistas y los analistas y el ganador es Donald Trump. Lo primero que nos viene a la cabeza es “esperar lo mejor, pero prepararnos para lo peor”; ya que la campaña ha proporcionado muchas evidencias de que Trump podría no ser un buen presidente.
Hasta cierto punto, esta victoria también en un símbolo del actual fracaso político para abordar los desafíos socioeconómicos más importantes. Evidentemente, ha generado incertidumbre, al menos a corto plazo, no sólo en el contexto económico actual, sino también en términos de evolución geopolítica en el futuro. Como resultado, la elevada volatilidad en los mercados globales puede mantenerse durante los próximos días y probablemente brindará oportunidades interesantes si las valoraciones de los activos alcanzan niveles exagerados bajos en algún momento.
Mirando más allá de 2017, con una mayoría republicana en el Congreso, ¿podrá Trump calmar los temores de los inversores a cerca del proteccionismo, la inmigración y los asuntos exteriores? En otras palabras, ¿se alejará de los extremos de su campaña? Y si pudiera gestionarlo, ¿qué pasa con la reforma fiscal, el gasto en infraestructura y los déficits potencialmente más elevados? La reacción inmediata ahora es vender riesgo, especialmente los activos de mercados emergentes, y comprar activos seguros como los bonos del Tesoro estadounidenses y el oro. A medio plazo, su administración podría caracterizarse por un poderoso reajuste comercial, con unos rendimientos de bonos más elevados.
Vamos a tratar de evaluar cómo pueden reaccionar los mercados en los próximos días y las tendencias que pueden surgir en el futuro.
Renta variable
Estimamos un riesgo de caídas del 5-7% para la renta variable global en los próximos dos o tres días. Los activos estadounidenses deberían cotizar ahora con un precio significativamente más bajo, pero, como de costumbre, gracias a su naturaleza defensiva, pueden comportarse mejor en términos relativos.
El S&P 500 puede caer a 2.000 puntos y, en este caso, esperamos que otros mercados experimenten una caída de aproximadamente el 10% antes de estabilizarse. Geográficamente hablando, las acciones de los mercados emergentes (especialmente Latinoamérica y Asia) estarán entre los principales perdedores. Europa, sobre todo Suiza, y Japón también pueden experimentar severos contratiempos, especialmente si las divisas tienden apreciarse mucho frente al dólar en los próximos días.
Es probable que las grandes multinacionales sufran más que las empresas locales, dado el programa de política comercial proteccionista de Trump. Como resultado, las compañías de pequeña capitalización deberían superar a las de gran capitalización a nivel mundial.
Por sectores, los industriales (infraestructura) pueden mostrar una mayor resistencia debido a las expectativas de un gran estímulo fiscal, especialmente con una mayoría republicana en el Congreso. El consumo discrecional debe dividirse entre los temores sobre una subida de los salarios mínimos y las nuevas preocupaciones sobre el comercio.
Lo mismo para el financiero: la buena noticia es que Trump debería resultar menos oneroso en la regulación, pero el futuro de las subidas de los tipos de interés – especialmente en el caso de un escenario de risk-off muy adverso, que pondría a la Fed en modo espera hasta el próximo año – debería seguir predominando.
Por lo tanto, esperamos que los bancos se comporten relativamente bien dentro de una corrección benigna. Un rally del sector del sanitario puede ser probable también, al menos en el corto plazo, aunque las preocupaciones por los precios de los medicamentos no desaparecerán por completo. La energía –obviamente excluyendo las reservas de energía solar– parece que también puede ser un refugio seguro bajo el nuevo régimen político de Trump.
Bonos
La subida de los tipos por parte de la Fed en diciembre está ahora menos segura y, como he explicado anteriormente, debería traer al menos una pausa, o una espera temporal en el posicionamiento experimentado después del verano. Se espera que los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, así como otros rendimientos de los bonos soberanos de elevada calidad, retrocedan al menos 20 puntos básicos. Se espera también que los TIPS tengan un rendimiento inferior en este entorno, así como en los mercados de crédito, ya que los diferenciales pueden ampliarse. Incluso si la ampliación de los diferenciales fuera limitada en esta etapa, el crédito en cualquier caso se comportará peor que los bonos del gobierno.
La deuda de mercados emergentes, especialmente en divisa local para Latinoamérica, se espera que sufra significativamente, erosionando la mayoría de los beneficios que se han obtenido este año.
Divisas
El entorno de elevada volatilidad debería beneficiar al yen, el franco suizo y quizá incluso al euro, aunque en menor medida. Son claramente noticias devastadoras para el peso mexicano y es un golpe duro para el dólar canadiense. El peso mexicano puede negociarse ahora por encima de 20 frente al dólar y se mantendrá bastante volátil en los próximos días. El rublo y algunas divisas asiáticas, como la rupia indonesia, deberían demostrar mayor resistencia dentro de los mercados emergentes.