El empresario Donald Trump será el próximo presidente de los Estados Unidos. Trump representa el voto de protesta a lo establecido, a las ventajas ofrecidas por la globalización que no llegaron, a la apertura a la inmigración que resta oportunidades de empleo y, en general, a la inequidad en la distribución del ingreso.
Este reclamo es el mismo que motivó el Brexit y ha brotado en otros lugares del mundo. Al final, dicho reclamo fue más fuerte incluso de lo que captaban las encuestas previas a la elección y finalmente llevarán a Trump a la Presidencia. El contexto en el que ocurre es más preocupante, ya que el comercio internacional está estancado, las políticas monetarias del mundo desarrollado están agotadas, y dado el reciente aplanamiento de las curvas de rendimiento, el sistema financiero aumentó su vulnerabilidad. El mensaje del electorado estadounidense del agotamiento de la tolerancia a lo establecido es una llamada de atención al resto del mundo donde están próximos a realizar elecciones presidenciales, incluido México.
Donald Trump mostró un discurso agresivo en su campaña contra México, en particular, contra el Tratado de Libre Comercio de Norte América y contra la inmigración ilegal de mexicanos en Estados Unidos, por lo que era de esperarse una reacción negativa de los mercados en caso de que ganara las elecciones presidenciales. Así, el peso mexicano fue la moneda que más se depreció de todas las emergentes contra el dólar estadounidense.
La Comisión de Cambios decidió el miércoles no intervenir en el mercado cambiario para aminorar la depreciación cambiaria. A nuestro juicio, la depreciación parece exagerada, ya que más que compensa cualquier costo asociado con un desmantelamiento de las tarifas de importación favorables a México por el TLCAN, en el caso extremo que se revirtiera dicho tratado comercial, por lo que se hubiera justificado una intervención hoy de venta de dólares en el mercado cambiario. Hemos apuntado en ocasiones previas, que la Comisión de Cambios pasó de intervenciones diarias a ninguna intervención, cuando la mejor política pudiera estar en medio de ambos extremos. Es decir, el objetivo de la Comisión debería ser el incrementar el costo de especular contra el peso mexicano, a través de la incertidumbre generada en el especulador de cuándo podría intervenir la Comisión de Cambios, ya que si se sabe que no va a intervenir (porque no ha intervenido en los momentos más críticos), entonces da lugar a estos movimientos exagerados con repercusiones para la planeación económica y la inflación, entre otros. La Comisión de Cambios parecería más preocupada de lo que han mostrado en público respecto a lo que hemos anotado en comentarios previos referente al ensanchamiento del déficit de la cuenta corriente, ya que el consumo privado está creciendo más rápido que el producto interno bruto, así validando un ajuste importante en el tipo de cambio con el objeto de reducir las importaciones y alentar las exportaciones.
La depreciación del peso mexicano dará a la Secretaría de Hacienda un gran remanente de operación proveniente de Banxico por el ejercicio 2016. En 2015, el Banco de México tuvo un resultado de operación positivo de 378.236 millones de pesos, de los cuales 462.898 se explicaron por fluctuaciones cambiarias. Con dicho resultado, el Banco de México determinó dar a la Secretaria de Hacienda un remanente por el ejercicio de 239.094 millones de pesos. Para este año, dada la depreciación del tipo de cambio, el remanente de operación pudiera superar los 300.000 millones de pesos. Dicho remanente, sería de gran ayuda para las finanzas públicas al reducir el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público y compensar el impacto que tendrá en el saldo la revalorización de la deuda externa en pesos mexicanos. Sin embargo, consideramos que no será capaz de revertir la alta probabilidad de una baja en la calificación soberana de crédito, ya que la preocupación principal sigue siendo el crecimiento económico. A nuestro juicio, la retórica anti- TLCAN de Trump es responsable de una disminución de la inversión en nuestro país y ahora que ganó las elecciones la incertidumbre continuará respecto a si llevará a cabo sus amenazas de renegociar dicho Tratado, o en su caso aplicar tarifas contra algunas industrias.
El plan fiscal de Trump sugiere una Fed más agresiva en subir la tasa de lo que tenía el mercado. Recientemente, apuntábamos en “Curvas de rendimiento al alza con programa fiscal en EUA”, del pasado 26 de Octubre, que cualquiera de los dos candidatos presidenciales traía un plan fiscal agresivo que daría a la Fed la posibilidad de desmantelar la política monetaria laxa a un ritmo más acelerado de lo que traía incorporado el mercado.
En dicho comunicado apuntábamos que el plan Fiscal de Trump es más agresivo todavía que el de Clinton al considerar más gasto en infraestructura, pero menos impuestos también, aumentando el déficit fiscal. Dicho estímulo a la economía, en palabras de Stanley Fischer era lo que la economía americana necesitaba para incrementar el potencial de crecimiento económico. Además de aumentar el nivel de la tasa de equilibrio, da a la Fed espacio para llegar a dicha tasa más rápido de lo que tenía incorporado el mercado, por lo que los rendimientos de los bonos del Tesoro tenían que subir a lo largo de toda la curva de rendimiento, y es lo que estamos (y esperábamos) viendo hoy. Dicha curva de rendimiento, siendo la referencia de las tasas en todo el mundo, tendrá repercusiones en todas las curvas, incluidas la de México.
Banxico tendrá que lidiar sólo sin apoyo de la Comisión de Cambios con el impacto de la depreciación en la inflación. Muy probablemente Banxico va a tener que seguir a la Fed y subir la tasa de referencia en la próxima reunión de política monetaria a celebrase el 17 de noviembre. Previo a conocer el resultado de las elecciones anticipábamos una inflación del 3,8% para el año que entra, en particular por la tendencia al alza de la inflación subyacente, y los impactos esperados por la liberalización de los precios de la gasolina. Ahora, con la victoria de Trump, y el aval de la Comisión de Cambios para que tome el nivel que tenga que tomar, el impacto en la inflación podría ser mayor.
En suma: la victoria de Trump, después de Brexit, es un claro llamado a todos los gobiernos del resto del mundo para tomar nota del descontento contra lo establecido, la globalización y la inmigración y el riesgo del resurgimiento del populismo. El impacto que tendrá finalmente en los niveles de las tasas de interés, tipo de cambio, inflación y crecimiento económico dependerá de su plan fiscal, de su política comercial, y de la relación bilateral con México dada la cercanía y la integración económica que se ha logrado. En las próximas jornadas estaremos evaluando los discursos de Trump y la reacción de los mercados para estar en posibilidad de revisar nuestro escenario base.
Columna de FINAMEX