Los mercados frontera siempre han sido y seguirán siendo prometedores tanto en términos de oportunidades como en alarmantes términos de riesgos. Pero siguen siendo sobre todo un coto de caza rico para el crecimiento y la generación de alfa atractivo.
La rentabilidad a largo plazo debería estar con aquellos inversores capaces de elegir las regiones, los sectores y los valores que combinan la capacidad de generar dinero en efectivo con unas perspectivas de crecimiento prácticamente habituales. En Carmignac, creemos que la forma más convincente para llevar a cabo esto, independientemente de la dirección general del mercado, es centrarse en las siguientes preguntas: ¿Tiene el país fundamentos macroeconómicos sanos que ofrecen un alto crecimiento interno y sólidos saldos en la balanza por cuenta corriente? ¿Hay sectores económicos con baja penetración capaces de beneficiarse de los temas de crecimiento a largo plazo y crecer independientemente de la dirección general del mercado?
De hecho, los inversores diligentes encontrarán focos de crecimiento en los numerosos sectores con baja penetración, incluso en regiones con perspectivas económicas débiles. ¿Cuál es la generación de caja y el apalancamiento de las empresas seleccionadas a través de su proceso bottom-up? Los índices de los mercados emergentes incluyen una gran parte de las empresas que o bien están altamente apalancadas o no son rentables. Por lo tanto, recomendamos centrarse en modelos de negocios con fuertes flujos de caja e idealmente bajos niveles de deuda, que son capaces de financiar su crecimiento a su propio ritmo y están en mejores condiciones para superar las turbulencias del mercado. También tenemos una preferencia por las actividades no intensivas en la propiedad de activos como las IT.
Entre los emergentes con futuro más prometedor encontramos Argentina.
Los cambios más trascendentales que afectan a nuestro universo de inversión se produjeron en los mercados «frontera». En las últimas elecciones argentinas, la victoria por sorpresa de Mauricio Macri no sólo fue un hecho positivo, sino que también está cargado de importancia histórica. El nuevo presidente ha creado un gabinete muy cualificado, lo cual es un buen augurio a la vista de los retos a los que se enfrenta el país, en cuya cima se encuentra el reequilibrio de la balanza de pagos.
Argentina pasó años luchando con una escasez tal de dólares que obligó finalmente a sus autoridades a introducir controles de capital, aunque sólo fuera para mantener una situación mala que podía deteriorase hasta ser realmente agrave. Para disminuir esa escasez, el gobierno necesita revitalizar todas las actividades económicas capaces de atraer moneda extranjera. Entre los primeros lugares de esta lista se encuentran las exportaciones agrícolas. A finales del año pasado, el gobierno tomó la sabia elección de reducir las tasas sobre ellas. Eso hizo que aumentáramos nuestras participaciones en IRSA, una compañía del sector inmobiliario centrada en edificios comerciales, y en Cresud, también una firma inmobiliaria, pero uno con extensas propiedades de tierra agrícola. Creemos que esas dos inversiones podrían beneficiarse de la supresión gradual de los controles de capital.
Más recientemente, hemos invertido en Banco Supervielle. Una entidad focalizada en los préstamos al sector privado, que supone un 16% del PIB. Una cifra que convierte a Argentina en uno de los mercados de frontera con escasez de crédito privado en el mundo emergente. De ello se desprende que la adquisición de una participación en un banco argentino está plenamente en consonancia con nuestra filosofía de invertir en segmentos de mercado con poca penetración. En el momento de la adquisición, las acciones de Banco Supervielle se negociaban apenas el doble de su valor en libros, aunque el banco registró un rendimiento del capital de aproximadamente el 33% y tiene buenas perspectivas de crecimiento.
David Park es fund manager de renta variable de los mercados emergentes de Carmignac.