Desde hace más de 5.000 millones de años, la humanidad se ha deleitado con las denominadas sombras chinas o sombras chinescas, que son aquellas creadas interponiendo las manos a una fuente de luz, y que se reflejan sobre una pared. Las sombras chinas, así, son quizá uno de los pasatiempos más viejos del mundo, y siguen llamando la atención de grandes y chicos. No hace mucho estuve en un espectáculo infantil, en el cual lo que despertó más “wow”, fue precisamente el espectáculo de sombras chinas.
Sin embargo, en el mundo moderno las sombras chinas son más que este espectáculo milenario. Infortunadamente, durante un largo período de tiempo se ha cultivado un tema peligroso en la China moderna, como es el de la banca en la sombra. Estos sistemas paralelos, que existen principalmente como medio de financiación de empresas y personas sin acceso al sistema formal bancario. Estos sistemas, lógicamente, tienen unas tasas de interés prohibitivas, las cuales empiezan a ser una carga muy notoria en una economía en desaceleración para los que tienen que pagar dichos intereses.
Y cada día son más los cuestionamientos sobre un número incierto. Y es incierto, porque la misma condición de ser a la sombra indica que no debe existir claridad sobre qué recursos pueden estar involucrados. Lo difícil de la situación es el sistema de captaciones y de puesta de recursos en el mercado: los sistemas en la sombra despiertan mucho interés dentro del público general, pues captan a tasas muy altas para poder fondearse.
Un incumplimiento de estos sistemas, colapsa muchas capas de la economía y, despierta lo que en economía se denomina “riesgo moral”. Si el gobierno deja caer los esquemas, puede crear un cataclismo económico. Pero si los salva, manda una mala señal al mercado, en la cual cada uno haga lo que quiera, que finalmente vamos a responder no importa qué haya sido lo que hayas hecho.
Particularmente, el problema de China puede no ser menor. Muchas empresas pequeñas se han financiado con base en esta banca en la sombra, y cualquier impago de parte de ellas, empezará a generar una bola de nieve que puede ser difícil de controlar. Ese es realmente el riesgo de la economía china en este momento, porque esto podría magnificar cualquier desaceleración económica que se presente en los próximos años. De la forma en que China pueda controlar este tipo de factores, dependerá en gran medida el comportamiento de gran parte del mundo emergente en los próximos años. Es un tema que vuelve a salir, que ha estado esperando su oportunidad para dar “dolores de cabeza”, pero que cada día parece tomar mayor fuerza. Esperemos que las sombras chinas, solo sean las milenarias.
Las opiniones expresadas son responsabilidad del autor, y no representan necesariamente la posición de Old Mutual sobre los temas tratados.
Opinión de Manuel García Ospina, vicepresidente de wealth management de Old Mutual Colombia.