Hablar de si la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) elevó los tipos de interés demasiado tarde el pasado diciembre es contraproducente y, en esta etapa, no tiene sentido. El veredicto sobre si la Fed tomó la decisión correcta o no debe basarse en la información en el momento, no en una visión retrospectiva.
Las razones para una subida en diciembre eran simples: el mercado de trabajo estaba en auge, la economía parecía acercarse al pleno empleo rápidamente, y los modelos económicos dicen que, al final, estas circunstancias conducen a una mayor inflación. Así que si la Fed quería ser gradual en su ciclo de subidas para evitar tener que provocar una pronunciada desaceleración más adelante, entonces tenía que endurecer su política monetaria más pronto que tarde.
Se puede estar en desacuerdo con este argumento, señalando la posibilidad de que existiera algún tipo de atonía oculta en el mercado de trabajo y nuestra posible comprensión defectuosa del proceso inflacionista. Pero nada de lo que ha sucedido desde diciembre puede descartar que haya razones de peso en estos argumentos. La desagradable volatilidad del mercado vista en el último mes no debe alterar una evaluación apropiada de la economía y la política monetaria.
En todo caso la economía ha mejorado en 2016, tal y como esperaba la Fed. Aunque la actividad se ha debilitado un poco, el mercado de trabajo sigue pareciendo fuerte y hay señales de que finalmente, los salarios están subiendo. La volatilidad de los mercados financieros no parece apuntar a nada de lo que preocuparse en lo que respecta al estado de la economía. Esto debería tranquilizar a la Fed y hacer reflexionar a los críticos.
Curiosamente hay incluso quienes afirman que la subida de tipos de la Reserva Federal en diciembre del año pasado era un error, pero que no lo hubiera sido si lo hubiera hecho en 2014. Es difícil encontrar sentido a estos argumentos. El desempleo era más alto y la brecha en la producción era más grande en 2014, así que las razones de una relajación de la política monetaria simplemente era mucho más fuerte.
La Fed no tiene «ventanas de oportunidad» para subir los tipos, como si hacerlo fuera en sí mismo el objetivo de la política monetaria. Los tipos se elevan si, y sólo si, la economía lo necesita. Un endurecimiento de la política monetaria en 2014 habría mantenido la economía más débil. El camino más rápido para hacer que los tipos de interés se mantengan bajos durante más tiempo es subir los tipos demasiado pronto, como sabe muy bien el Banco Central Europeo tras sus repuntes en 2011.
Si la Reserva Federal cometió un error fue el de eliminar el resto de opciones tras la subida en diciembre.
Tras señalar aprincipios de 2015 que la Fed planeaban subir los tipos en algún momento de ese año, el Comité Federal del Mercado Abierto se sintió obligado a cumplir con esa especie de promesa. Lo contrario habría socavado su credibilidad. Pero la credibilidad a largo plazo proviene de hacer lo correcto, que en este caso era ser lo suficientemente flexible como para adaptarse a la situación y cambiar la política cuando cambian los hechos. Un punto que hasta Keynes habría defendido.
Puede ser que esto es lo que la Fed termine haciendo en 2016.
Aunque la reciente volatilidad no sugiere que el endurecimiento de la política monetaria en 2015 fuera un error, podría obligar a la Fed a cambiar sus planes de cara a este año. Ahora mismo, el organismo que preside Janet Yellen, está apuntando a tres o cuatro subidas más en 2016, algo que podría no ser adecuado.
Los últimos movimientos del mercado pueden no estar provocados por la debilidad económica, pero si podrían causarla. La debilidad del mercado puede crear debilidad económica que justifique entonces más debilidad del mercado. La Fed probablemente va a querer retractarse y hacer que la subida de tipos sea menos dura, pero obviamente esto no es lo mismo que decir la subida de tipos de diciembre fue un error.
Luke Bartholomew es estratega de renta fija de Aberdeen AM.