Los mercados se han vuelto cada vez más volátiles este año y parecen estar mucho más dirigidos por el ánimo de los inversores que por los fundamentos económicos. En los últimos años, el mercado ha desarrollado una clara adicción a las ayudas de los bancos centrales y su reacción a los cambios en las decisiones de política monetaria se ha vuelto impredecible y a menudo dramática.
Este año hemos visto un par de buenos ejemplos. El 24 de agosto, conocido como ‘lunes negro’, las bolsas chinas cayeron casi un 9% en un día, tras la noticia de que el banco central de China no iba a rescatar de nuevo a los mercados después tras haber prometido anteriormente que si lo haría. Naturalmente, esto tuvo repercusiones en todos los mercados mundiales, incluyendo Europa y Estados Unidos. Ese día, el lunes negro, el Dow Jones se desplomó 1.000 puntos en la apertura, la mayor caída vista nunca.
El ejemplo más reciente data del 3 de diciembre, el día que el presidente del BCE, Mario Draghi, anunció medidas adicionales de estímulo con el fin de impulsar la economía de la zona euro y la inflación. Sin embargo, los mercados habían creado la imagen de ‘Super Mario’, el banquero central que ha demostrado ser capaz de sobrepasar las, ya de por si altas, expectativas de los mercado. En septiembre y octubre, Draghi había insinuado que podría poner en marcha un segundo programa de expansión cuantitativa con una extensión del programa de compra de bonos del BCE, en parte como una respuesta a los problemas de China que amenazan la economía de la eurozona.
Con esta imagen de ‘Super Mario’ en la cabeza, los mercados anticipaban el anuncio de un potente paquete de estímulos adicional en la reunión de diciembre. Sin embargo, Draghi decepcionó en este ocasión y la reacción del mercado no se hizo esperar: caídas en las bolsas, aumento del tipo de cambio del euro y, sobre todo, un fuerte aumento de la rentabilidad de la deuda pública. En cuestión de horas el bono alemán a 10 años repuntó hasta 20 puntos básicos. ¡Un aumento de casi el 50%!
Puede ser obvio que un entorno tan altamente volátil presenta grandes desafíos para los inversores. Hemos visto bastantes ejemplos de bancos centrales con problemas para comunicar sus intenciones a los mercados y es evidente que estos ejemplos continuarán. Desde una perspectiva de gestión del riesgo de la cartera, este tipo de acontecimientos subrayan la necesidad de realizar una asignación de activos imparcial, activa y bien informada. Teniendo en cuenta los importantes picos de volatilidad vistos en los últimos meses, cada vez más inversores optan por delegar sus decisiones de asignación de activos a equipos especializados de multi-assets.
En base a todo esto, desde primeros de noviembre hemos decidido infraponderar la deuda alemana en nuestros portafolios multiactivo. Tras esto hemos eliminado también algunos riesgos mediante la neutralización de nuestras posiciones en renta variable y en los spreads de renta fija. La consecuencias de la divergencia existente entre las políticas monetarias del BCE y de la Fed se ven ahora con más claridad. Los anuncios en diciembre de ambos organismos, junto con una liquidez del mercado inferior a la habitual, ha sido para nosotros razón suficiente para adoptar una perfil de asignación de activos de bajo perfil conforme cerramos el 2015.
Valentijn van Nieuwenhuijzen es responsable de productos multiactivo en NN Investment Partners.