Herida por la crisis mundial de las materias primas y la mala gestión de los funcionarios del gobierno, la economía de Brasil se ha visto maltratada tanto interna como externamente. Dadas la actual crisis presupuestaria y de política nacional en Brasil por los supuestos pagos de Petrobras a políticos, creo que no es razonable esperar una recuperación a corto plazo.
Durante el año pasado, el PIB real de Brasil y sus cifras de producción industrial han disminuido considerablemente, continuando una tendencia que comenzó con la caída de la producción a raíz de la crisis financiera global de 2008 y 2009. Desde el máximo tocado en el primer trimestre de 2014, el PIB real de Brasil ha retrocedido en total un 3,5%, mientras que la producción industrial se ha derrumbado un 6,8% (en 12 meses con base de media móvil).
Déficits gemelos
La economía de Brasil está trabajando bajo «déficit gemelos». El primero es un déficit por cuenta corriente externa que implica que la economía ha perdido algo de competitividad y/o que hay una acumulación de deuda en el extranjero. El segundo es un creciente déficit fiscal que el gobierno no parece muy dispuesto a poner bajo control.
El aspecto preocupante del cuadro macroeconómico de Brasil es que ambos déficits se están ampliando, lo que sugiere una marcada falta de disciplina con respecto al gasto. Normalmente un gobierno hace frente a este tipo de situación intentando frenar el gasto fiscal. Sin embargo, el hecho de que Brasil no esté haciendo ninguna de estas dos cosas es una de las principales razones para esperar que su moneda se debilite aún más.
La falta de voluntad del gobierno de adoptar las medidas necesarias para controlar el déficit fiscal ha provocado que la mayor parte de la carga del ajuste recaiga sobre los tipos de interés del banco central, situados ya en niveles muy altos -14,25%- y sobre la divisa, que se ha depreciado fuertemente pese a los altos tipos de interés internos.
Es probable que se extienda la recesión
La economía de Brasil se encuentra en una fase de prolongada depresión. Dada la debilidad de la demanda en el extranjero de las principales materias primas que produce el país, y la incapacidad para reactivar la economía, es probable que la recesión se extienda.
Las cifras clave de gasto internorevelan un panorama sombrío:
- Las ventas de coches nuevos han caído un 13,2% interanual en junio
- La producción industria ha retrocedido un 6,6% interanual en julio
- Las últimas cifrasde ventas minoristas revelaron una caída del 3% en junio.
Dada la erosión del poder adquisitivo provocada por los altos niveles de inflación y la restricción del crecimiento en el crédito como consecuencia de los elevados tipos de interés, es difícil imaginar cualquier fase de expansión a corto plazo en la economía carioca.
De cara al futuro, creo que es probable que el real brasileño se deprecie aún más, y los tipos de interés seguirán altos hasta que el Gobierno adopte medidas encaminadas a frenar los déficit gemelos.
Columna de John Greenwood, economista jefe de Invesco