El mercado de deuda high yield tiene una duración menor que otros mercados de renta fija, debido a una combinación de cupones más elevados y vencimientos más cortos. Así se contribuye a aislarlo de las fluctuaciones de los tipos de interés, una característica que cada vez resulta más atractiva, pues el mercado prevé un incremento de los tipos de interés estadounidenses. En el siguiente gráfico se muestra que el mercado del alto rendimiento estadounidense ha ofrecido históricamente rentabilidades superiores en los periodos en los que los bonos del Tesoro a 10 años aumentan en más de 100 puntos básicos.
Gráfico 1: Rendimiento superior del alto rendimiento en un contexto de rentabilidad en auge
El high yield tiende a demostrar un nivel de riesgo idiosincrático más elevado que en otras áreas de la renta fija. Los factores concretos de las empresas determinan en mayor medida los precios de los bonos que en el caso de los bonos investment grade. Como muestra la siguiente tabla, este tipo de activos también tiene una fuerte correlación con los mercados de renta variable, por lo que se convierte en un útil elemento de diversificación dentro de una cartera de renta fija.
Gráfico 2: Correlación de las clases de activos (2000-2015)
Previsión de que las tasas de impago se mantendrán bajas
Para un inversor a largo plazo, el elevado riesgo de impago es el impulsor clave de primas diversificadas para los bonos de alto rendimiento. Esperamos que las tasas de impago sigan siendo bajas durante un periodo prolongado en vista del apalancamiento prudente, la falta de inversión en inmovilizado y los tipos de interés en mínimos históricos, aunque la excepción sea el sector energético, afectado por el exceso de inversión sumado al derrumbe del precio del petróleo.
Gráfico 3: Tasa de impago a 12 meses para la calificación especulativa global
En un reciente estudio, Deutsche Bank pone de manifiesto que 2010-2014 es el periodo de cinco años más bajo en cuanto a impagos de deuda high yield de la historia moderna (calidad ajustada). Para protegerse del riesgo de impago en los bonos BB y B a lo largo de este periodo, los inversores habrían necesitado diferenciales de 27 y 94 pb respectivamente. Para contextualizar este dato, en la actualidad, los diferenciales europeos y estadounidenses para BB son 314/346 pb y 528/518 pb2 para B, lo cual sugiere que los bonos high yield en general compensan sin duda el moderado repunte de los impagos.
Aunque estamos viendo indicios de actividad tardía dentro del ciclo en algunos sectores estadounidenses, las empresas siguen usando, de forma más generalizada y global, los ingresos de sus emisiones de bonos high yield para actividades no agresivas como la refinanciación. Las actividades poco favorables a los bonistas (emitir bonos para pagar adquisiciones apalancadas o para repartir dividendos a los accionistas) siguen estando muy por debajo de los niveles preocupantes de 2005-2007.
Gráfico 4: Alto rendimiento global: uso de los ingresos
Kevin Loome se unió a Henderson Global Investors en 2013 como responsable de Crédito de Estados Unidos.