¡Uber está tomando el mundo! Globalmente, desde México a Colombia, Canadá a Francia, los titulares están repletos de noticias sobre los enfrentamientos entre la industria del taxi tradicional y Uber, incidentes que, en muchos casos, se han tornado violentos y que surgen cuando una empresa altamente regulada se enfrenta a la obsolescencia de una start-up de solo seis años de vida y con solamente 600 empleados de tiempo completo. Increíblemente, la compañía está valuada en 51.000 millones de dólares, 3.000 millones más que FedEx ¡en sus 45 años!
La misma dinámica se está presentando en otras industrias, como Airbnb, que se convirtió en el mayor proveedor de alojamiento del mundo aún sin poseer hoteles; Facebook, el proveedor de contenido más popular del mundo, que no crea contenido propio. Está claro que, gracias a los bajos costos y a la accesibilidad de la tecnología, el mundo ha entrado en una nueva era que se mueve a paso súper veloz, donde las compañías tradicionales se ven amenazadas por el más pequeño de los competidores.
¿Está la industria financiera enfrentándose a un desafío similar? Jamie Dimon, CEO de JP Morgan Chase, piensa que sí. En la carta anual a sus accionistas, declaró: «Silicon Valley está llegando. Hay cientos de nuevas empresas con muchísimo talento y dinero trabajando en diversas alternativas a la banca tradicional.” Este punto se refuerza cuando miramos los montos de inversión en capital riesgo que se centran en la industria de Fintech y que ha pasado de 4.050 millones de dólares en 2013 12.210 millones en 2014, según datos del informe de Accenture sobre el «El Futuro de Fintech y la Banca.»
Hoy, vemos empresas tecnológicas emergentes que ofrecen nuevas plataformas, fáciles de usar para la banca minorista, préstamos de consumo, préstamos para PYMEs, banca privada y banca de inversión, muchas de las cuales están mirando el mercado sub-atendido de América Latina que cuenta con una población de 525 millones, 4,8 billones de dólares de PIB, 160 millones de millennials, con un 65% no bancarizado y con una penetración del 65% en telefonía móvil.
Ningún segmento de Fintench en la región está más maduro para la disrupción que el mercado de remesas. Con un estimado de 120.000 millones de dólares en remesas que fluyen cada año desde Estados Unidos a América Latina (¡2% del PIB!), los métodos actuales para transferir dinero continúan siendo muy complicados, anticuados y costosos. La pregunta es ¿cómo hacerlo? Hay muchas empresas y tecnologías que compiten para irrumpir en ese espacio, incluidas Abra, una compañía con sede en Silicon Valley que está liderando el camino con bajo costo y un sistema de transferencia de remesas eficiente y Cobiscorp
De hecho, Cobiscorp está realizando un hackathon para este propósito, que tendrá lugar durante la Conferencia de Disrupción en la Banca, Fintech Américas que se llevará a cabo en Miami el próximo 22 y 23 de octubre. Cobiscorp se asociará con una empresa de Bitcoin para desafiar a los participantes a crear aplicaciones y soluciones que conectan el bajo costo de Bitcoin con la rapidez y eficiencia de un software que ofrece «carriles de transferencia de alta velocidad» para los usuarios que deseen enviar dinero a Latinoamérica.
Sin embargo, hay otras áreas de finanzas en América Latina y el Caribe que necesitan ser modernizadas. Debido a que gran parte de la población en esta región no está bancarizada, la Banca tiende a ser bastante ineficiente y costosa. Esta situación se verifica en todo el mundo y es la razón por la que muchas PYMEs, incluso aquellas con negocios prósperos, tienen dificultades para acceder al capital circulante para financiar su crecimiento y expansión. Empresas como Carabao, una start-up con sede en Filipinas, está aportando disrupción al proceso de préstamos. Lo que un banco tradicional tarda nueve semanas en concretar, la empresa lo hace en dos horas, aumentando notablemente el acceso al capital para las PYMEs. Para su expansión, la compañía tiene sus ojos puestos en América Latina, dado el importante segmento que representa para la región. Este enfoque puede ser de gran ayuda para las PYMEs y, de alguna manera, obliga a los bancos a mejorar sus tiempos o a enfrentarse a la pérdida de este negocio de préstamos tan valioso.
En muchos países en desarrollo, la falta de un historial de crédito es un obstáculo importante para que las personas con empleo remunerado puedan acceder a los servicios financieros. Obviamente, esto puede ser una razón fundamental por la que el 65% de la población de América Latina no está bancarizada. Lenddo (con base en NYC pero, irónicamente, también nacida en Filipinas) se hizo conocida por desarrollar un algoritmo que determina la capacidad crediticia de las personas en función de su presencia en los medios sociales. La compañía se está enfocando ahora en proveer su tecnología a bancos, empresas de telecomunicaciones, comercios e, incluso, sitios de citas, entre otros. Las implicancias de esta tecnología podrían ser asombrosas, especialmente en América, donde el uso de las redes sociales está ampliamente difundido.
Muchos dicen que la “Uberizacion” de la Banca ya ha llegado. La Banca tiene la posibilidad de re-crearse y utilizar sus recursos para acomodarse a los nuevos tiempos y salir exitosa de este desafío. Está en sus lideres encontrar las estrategias y tácticas para hacerlo.
Artículo de opinión de Ray Ruga con motivo de la celebración de FinTech Americas 2015