Tal y como ya comenté en un pasado post denominado Porcentaje de fondos de renta variable europeos superados por su índice correspondiente , y a pesar de todos los esfuerzos por convencernos de lo contrario por parte de la “industria”, la manera más inteligente de invertir es tener una amplia selección de fondos (por el componente fiscal) lo más globales, diversificados, indexados y baratos posibles y tan solo una pequeña parte invertirlos en fondos de gestión activa que realmente merezcan la pena. Todo ello adaptado al específico nivel de tolerancia al riesgo de cada uno de nosotros.
Así que convencido de esta máxima, que por otro lado la evidencia empírica así lo demuestra, vamos a imaginarnos a un potencial inversor que le pregunta a su asesor financiero o acude a su entidad financiera para interesarse por la oferta de fondos índice de las gestoras nacionales y esto es lo que se va a encontrar:
Creo que la tabla es lo suficientemente elocuente para comentarse por sí sola, aunque no me resisto a la tentación de añadir algunas reflexiones:
1.- Lo primero que llama la atención es la escasísima oferta, las razones no son difíciles de imaginar.
2.- Que en general los fondos índice tengan un TER (Total Expense Ratio / Gastos Totales) superior al 1% es para producir autentica “perplejidad”, que por no gestionar te cobren esas cantidades merecería un toque de atención por parte de la CNMV, pero claro hay que pagar y remunerar a las costosísimas redes comerciales. Por desgracia en España, tenemos una larga tradición de cobrar muy altas comisiones en fondos por no hacer nada, como son los fondos garantizados o fondos de rentabilidad objetivo y si incluimos en este saco a los numerosos fondos de “gestión activa” de nulo valor, el panorama no puede ser más desolador.
3.- Es más, en algunos casos el TER se sitúa por encima de los 200 puntos básicos, lo que no sé es cómo hay inversores que pagan esta enormidad y cómo hay vendedores que son capaces de enchufar estos productos sin inmutarse. Me imagino que tendrá que ver con el terrible “Síndrome de Estocolmo Bancario”.
4.- Al mismo nivel de “estupefacción” o más, se puede llegar al mirar las cantidades mínimas que se exigen para invertir en las clases de acciones, que sí tienen un coste lógico para este tipo de gestión, llegando en algunos casos de fondos del Santander a la cifra de ¡50.000.000 euros!
5.- A la vista de estos datos parece que es el momento de que surja una Vanguard Española, desde luego mas fácil no lo podría tener.
Martin Huete. Junio 2015