China se está ahogando en su propia deuda. Conocemos esta realidad por una buena fuente. Y en este caso esa fuente es, además, insólita: el Banco Popular de China (People’s Bank of China, BPoC). No es fácil recordar la última vez que tanta gente prestó tan poca atención a algo de tan vital importancia.
La revelación se produjo en el comunicado del Informe de la Política Monetaria del primer trimestre de 2015 publicado por el banco central el pasado 8 de mayo. En él, el BPoC reconoce que:
- China tiene una deuda enorme.
- El gobierno ha dependido demasiado de la inversión para el crecimiento.
- La expansión del crédito ya no volverá a ser posible.
- Como resultado, la economía ha tenido una inevitable desaceleración.
Estas conclusiones no son ninguna novedad para la mayoría de nosotros. Sin embargo, que el gobierno admita el problema es algo muy nuevo y de suma importancia.
¿Cuál es la trampa? El informe solo está disponible… en chino. La versión en inglés de los informes monetarios trimestrales se publica por lo general con dos meses de retraso. Por lo que no podremos ver la traducción al inglés del primer informe trimestral hasta principios de julio de 2015.
¿Por qué esto es importante? El Banco Popular de China ha reconocido explícitamente que el apalancamiento en China es excesivo y el nivel de la deuda es un obstáculo para un mayor crecimiento. Hemos estado tratando este tema durante meses (o quizás años), pero es ahora cuando el gobierno ha reconocido abiertamente que tiene problemas. Aquí está el extracto relevante de la traducción facilitada en la versión de Bloomberg del Informe de la Política Monetaria de China, del T1 de 2015, 8 de mayo de 2015, página 54.
“… El crecimiento económico sigue, en gran parte, confiando todavía en la inversión dirigida por el gobierno, y el margen para una mayor expansión es bastante limitado. Además, el aumento de la deuda está obligando a China a utilizar una gran cantidad de recursos para reembolsar y refinanciar la deuda, lo que conduce a efectos de contracción para la macroeconomía”.
En vista del carácter excepcional de la divulgación, estábamos decididos a corroborar su validez. Con ayuda de un traductor, escaneamos la página web del BPoC y nos encontramos la página 54 del informe monetario en mandarín.
La política del sitio web “fundamentalmente en mandarín” deja a los extranjeros sin información. La página del BPoC en inglés dista de ser un buen ejemplo para su divulgación. De hecho, consideramos las diferencias entre la página en inglés y en chino del BPoC totalmente sorprendentes en un país que aspira a una igualdad de condiciones en la comunidad internacional. Si China aspira a tener una moneda de reserva, ¿no debería ser la transparencia en la política monetaria una prioridad para el BPoC?
Hemos pasado algún tiempo comparando las dos páginas web y hemos hecho las siguientes observaciones: la cantidad de noticias publicadas en la página en chino era de 32 en abril de 2015, mientras que en la página en inglés era solamente de 12. Si uno busca estadísticas detalladas, el sitio web en inglés solo le proporcionará información de 2010. Por otra parte, la página en chino parece estar completa y actualizada. Puede disponerse de los datos económicos de China en otros lugares, pero en muchos casos estarán completamente escondidos tras las barreras de pago (bases de datos de Bloomberg, Haver y de CEIC).
Nos hacemos la siguiente pregunta obvia… ¿Está este país preparado para una cuenta corriente abierta con un abismo tal en disparidades informativas?
Columna de Joseph Taylor, de Loomis Sayles (Natixis GAM)