El que no corre, vuela… Significado: Alude irónicamente a quienes, cuando hay algo de interés, se adelantan a los demás para obtener el beneficio o aprovechar la oportunidad. En cierto modo, recomienda no dormirse, pues luego será tarde.
Es de todos sabido que el español es una lengua rica en refranes y dichos populares, enunciados que de una manera sencilla y con una cierta ironía reflejan la actitud que conviene adoptar en cada situación, o definen la razón de una determinada conducta, generalmente con un fin didáctico y aleccionador.
No pretendo que esta carta tenga fines didácticos ni aleccionadores, en esto nos alejamos de nuestro refrán, no obstante creo que nuestra cita de hoy refleja perfectamente la actuación de los mercados este mes y de hecho en lo que llevamos de año. No cabe duda de que el impulso principal detrás de los movimientos en los mercados financieros es la política monetaria de los bancos centrales, su transmisión a la curva de tipos, la repercusión en el valor de las divisas y en última instancia, el reflejo en el valor de las cotizaciones bursátiles.
Esta cadena de transmisión, el mercado se la ha tomado como un «fait accompli», con efecto casi uno por uno y a una velocidad pasmosa. Sólo así se entiende que los niveles del Dax este año y su movimiento porcentual refleje casi uno por uno el movimiento en el nivel del euro-dólar. Desde que los Bancos Centrales se han convertido en los principales actores del mercado, con actitudes intervencionistas y políticas monetarias no convencionales; los mercados han desechado cualquier otro tipo de ímpetu y han centrado sus movimientos en esta cadena de transmisión vía, principalmente, el tipo de cambio. Esto se ha convertido en un consenso monopolístico, no se cuestiona y se actúa con rapidez y desdeño. Aquí, quien no corre vuela… y el inversor más racional está en clara desventaja.
Una divisa débil ayuda a las compañías que facturan y que tienen sus costes de producción en esa divisa y por lo tanto el movimiento en valores europeos este año está, en parte, justificado. Ahora bien, los índices bursátiles como el Dax contienen mayoritariamente «large caps»; compañías con departamentos financieros que se asemejan a un banco donde se implementan coberturas para minimizar precisamente impactos de movimientos de divisa a corto plazo. Sus costes de producción y ventas están distribuidos globalmente y los efectos de una divisa débil generalmente toman muchos meses y quizás años en hacer efecto. Somos conscientes de la debilidad del euro desde hace unos meses, pero todas las divisas se han debilitado con respecto al dólar en niveles similares al euro. Por lo tanto, una empresa europea típicamente exportadora, sólo se beneficia del efecto divisa en la parte proporcional que exporta al mercado americano. De hecho, los países receptores de exportaciones europeas son mayoritariamente la propia comunidad europea y países emergentes; amortiguándose así el efecto divisa. Puede que el mercado bursátil europeo haya corrido demasiado injustificadamente. Para aquellos que han disfrutado de este recorrido, quizás sea un buen momento para reducir o para adoptar una posición más neutral.
Desde que las ideas toman forma hasta que uno las implementa, a veces las oportunidades ya han disminuido. Estos mercados faltos de ideas, controlados por bancos centrales y con computadoras como agentes de transmisión, dejan poco tiempo para la reflexión y la cautela… Viajan a la velocidad de la luz y aquí, quien no corre, vuela.
David Mafoda, managing director en DiverInvest EAFI.