Estamos iniciando la temporada de resultados y la pregunta que nos hacemos todos es si servirán de catalizador al mercado. La importancia de los resultados de este trimestre radica en la presentación de unos objetivos de crecimiento que sean lo suficientemente positivos como para que se comiencen a revisar al alza los beneficios por parte del consenso.
Las bolsas europeas han experimentado fuertes subidas en los últimos meses por motivos diversos: la recuperación económica, las novedades de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), la caída de precios del petróleo… Ahora es el momento de que los resultados empresariales apoyen esas alzas, o de lo contrario podríamos estar hablando de posibles burbujas en los parqués.
Hemos visto asuntos con un impacto importante en los mercados últimamente y probablemente los seguiremos viendo, entre otros motivos porque este 2015 es año electoral. Sin embargo, a falta de eventos clave a muy corto plazo, se van a volver a vigilar las cuentas. Y creemos que es muy positivo que los inversores vuelvan a dar importancia a los resultados, para premiar a las compañías que lo hagan bien y castigar a las que no cumplan. Analizando el comportamiento bursátil de los valores tras la presentación de resultados observamos que el 70% de las empresas que presentaron resultados por encima de las estimaciones se comportaron mejor que el índice los siguientes dos meses mientras que, en el caso de los que defraudaron, el 100% de las empresas que dieron sorpresas negativas lo hicieron peor.
El primer factor que apoya los resultados es el escenario macroeconómico. En torno al 27% de los ingresos de las compañías del Ibex 35 provienen de España (y el 20% de Europa) por lo que en general las compañías españolas están muy bien posicionadas para beneficiarse de la mejora económica que se está produciendo en la Zona Euro capitaneada por España. Esta recuperación ha venido por el lado del consumo (reflejándose en la cotización de las empresas ligadas al mismo) y ahora toca el turno del resto de sectores más ligados a la inversión. En segundo lugar, el desapalancamiento que han venido realizando las empresas durante la crisis, unido a la bajada de los tipos de interés, han abaratado los costes de financiación de las compañías apoyando también a la recuperación de los beneficios. En tercer lugar, la internacionalización de las compañías de nuestro país también contribuye: actualmente el 23% de sus ingresos proviene de Asia y EEUU, frente al 5% de 2003 beneficiándose en mayor medida del crecimiento en estas áreas. Todo esto propicia el escenario perfecto para que se pueda reactivar el crecimiento inorgánico (las fusiones y adquisiciones), algo que también puede suponer un importante impulso para algunas empresas. Por último, pero no menos importante, factores como la devaluación del euro o la rebaja del precio de la energía tendrán un impacto positivo en muchas cuentas de resultados.
Sin embargo, que las perspectivas sean en general positivas no evita que haya una serie de riesgos que conviene vigilar. Uno de los más importantes es el implícito a aquellas compañías con una fuerte exposición a Latinoamérica: somos algo más positivos en el caso de economías como México, pero preocupan casos como el de Brasil. Además, la propia composición del Ibex 35 puede ir en detrimento de la foto general de los resultados. La banca tiene un gran peso en el índice y todavía hay algunas incertidumbres encima de la mesa: si se ha acabado definitivamente el ciclo de provisiones, si la reactivación del crédito va a tomar velocidad… Y hablando de sectores, más allá del financiero, en esta ocasión será importante vigilar el de la construcción, ya que aquí es donde se encuentra el mayor potencial de recuperación.