La situación macroeconómica mundial no se acaba de consolidar, no coge la fuerza que se esperaba. Además, las previsiones de crecimiento se han recortado a la baja.
Nos preocupan varios focos que resumimos brevemente.
Se confirma una Unión Europea a dos velocidades que presenta grandes riesgos asimétricos. Insuficientes reformas en los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y Spain) y una Alemania que se queda sin crecimiento con una economía mercantilista sin demanda interna.
El escenario de la deflación se ha instalado en Europa (bono alemán a 10 años al 0,80% y el de 30 años al 1,40%). Japón entró en deflación en 1990, hace 25 años, y todavía no ha salido. Estados Unidos entró en deflación después del crack del 29 y salió después de la Segunda Guerra Mundial.
Una recuperación débil de Estados Unidos con datos macro buenos pero que no acaban de convencer. Muy dependiente de los planes de ayuda (QE) de la Fed, que es lo que básicamente ha empujado los índices a niveles jamás vistos. Un detalle, el PER de USA según Schiller está a 24, alto.
Nos encontramos con un cóctel poco delicioso: bajo crecimiento, mucha deuda y deflación a la vista. Si añadimos los recientes movimientos en las bolsas tanto a la baja como al alza, es un momento para la reflexión.
Antes de acabar quiero aprovechar para resaltar dos temas muy importantes:
1. Muchos son los inversores que debido a los bajos tipos de interés están modificando su perfil de riesgo para buscar mejores rentabilidades: grave error.
2. Las entidades financieras están vendiendo productos estructurados y fondos de retorno absoluto como si fuera una alternativa a los depósitos y a la renta fija: otro grave error. Te recomendamos reducir tu exposición a bolsa, generar algo de liquidez y tener menos divisa euro. Pensamos que existen buenas alternativas de inversión que van a rentar más que la bolsa. Charlando con un sabio amigo de 92 años sobre los mercados coincidimos en este sensato consejo: “no ser goloso, ser prudente y diversificar”.