En junio el petróleo (Brent) cotizó por encima de los 110 dólares el barril y ahora en apenas cuatro meses ha bajado fuertemente más del 25%, hasta situarse por debajo de los 85 dólares. Técnicamente el precio se encuentra en plena caída y no hay ninguna señal de estabilización. Las razones que se puede leer en todos los medios son: demanda débil por la situación delicada en Europa y China, fortaleza del dólar y oferta abundante por la revolución energética en EE.UU. (“fracking” / “shale”), reducción del tráfico por miedo a la extensión del ébola por el mundo, etc.
Todos son argumentos válidos pero ¿realmente explican por completo el cambio brusco y la magnitud de la bajada? Lo que me hace dudar es la actuación del productor más importante y miembro de la OPEC: Arabia Saudita. Normalmente solía reducir la producción en tiempos como éstos para apoyar el precio. Esta vez, al contrario, ha ampliado su oferta y actúa agresivamente con sus clientes, ofreciéndoles rebajas y presionándoles a aceptar el volumen máximo de petróleo.
¿Puede que haya algo más detrás de este comportamiento tan extraño? ¿Algo que tenga más sentido en un contexto geopolítico, como un acuerdo clandestino entre EE.UU. y Arabia Saudita? Los precios actuales debilitan especialmente a Irán (un enemigo de Arabia Saudita y EE.UU.) y a Rusia (un enemigo de EE.UU. en el conflicto de Ucrania). Además, los precios bajos estimulan la economía en EE.UU., algo muy deseado antes de las elecciones que están por venir.
Irán depende de los precios altos del petróleo para su presupuesto y sufre mucho con los precios actuales mientras Arabia Saudita puede aguantar fácilmente precios más bajos. No hay nada mejor que esa situación para hacer a los iranís obedientes en las negociaciones para terminar con sus ambiciones nucleares y para prevenir que saldrán como ganadores de la situación inestable y bélica en su región (guerra contra el IS en Siria e Irak).
Igualmente, Rusia depende altamente del petróleo y se ve muy debilitado con los precios bajos lo que limita su actuación en el conflicto de Ucrania y su apoyo al régimen en Siria (un enemigo de Arabia Saudita). El presidente del centro “Oil Policies and Strategic Expectations” Rashid Abanmy en Arabia Saudita expresó exactamente esas presunciones en un reciente artículo.
Creo que hay algo más detrás de la extrema debilidad de lo que podemos leer en la prensa común. La actuación de Arabia Saudita apunta claramente a razones políticas y no sólo fundamentales. Es probable que la debilidad se extienda algunos meses más, pero cuanto más tarde sucesivamente los productores marginales con precios de explotación altos (como los de “shale” y en la profundidad de los océanos) tienen que limitar o detener su actividad, lo que beneficia al precio a más largo plazo. Además, países como Irán, Venezuela o Rusia pueden cortar su suministro y la inestabilidad en la región árabe con varios conflictos normalmente favorece al precio de petróleo.
Bernard Schmidt es fundador de la plataforma www.valoro.net y director de Fortuna Capital Partners.