No sé si ustedes tuvieron la oportunidad de disfrutar de una serie titulada “George y Mildred”. George y Mildred Roper eran los protagonistas de una sitcom británica de los setenta, producida por Thames Television, sobre un matrimonio en constante disputa, interpretados por los actores Brian Murphy y Yootha Joyce.
Recuerdo disfrutar de niño de las constantes discusiones entre ellos. El vago y poco afectuoso George frustrando con su actitud egoísta a la controladora y cotilla Mildred provocaron las risas de millones de telespectadores en todo el mundo. La serie fue un spin off de otro exitazo “Man about the house” en que los Roper consiguieron acaparar gran parte del protagonismo a pesar de ser personajes secundarios.
Recuerdo un capítulo en el que Mildred revisaba todos los armarios de la casa en busca de objetos que donar a la caridad. La hiperactiva e impertinente señora se había tomado muy en serio lo de ayudar a los necesitados en clara competencia con sus vecinas de edificio y otras mujeres del barrio. Cuando el despistado George vio a su esposa tan atareada la observó por un momento para preguntarle sorprendido: “¿por qué pones etiquetas con tu nombre a los paquetes que estás enviando a los necesitados?”. Mildred aún más sorprendida y enfadada respondió: “¿y de que vale hacer caridad si la gente no se entera de que los estás haciendo?”.
Me he acordado de Mildred esta semana al ver a esa lista interminable de videos con actores, cantantes, políticos, anónimos y demás lanzándose un cubo de agua con hielo sobre su cabeza. El “Ice Bucket Challenge” –al que se han apuntado famosos y no famosos- fue iniciado por Corey Griffin para apoyar a su amigo Pete Frates, un exjugador de béisbol que descubrió hace dos años que tenía la enfermedad de esclerosis lateral amiotrófica.
A partir de ahí la cadena de nominaciones no ha parado de crecer. Cada cubo de agua derramado sobre la cabeza debería ir acompañado de una donación para la investigación contra la enfermedad de ELA. Nada que objetar, ni si quiera el peregrino argumento del desperdicio de agua que ha sido utilizado por algunos. Sólo algunas dudas que me acechan sobre si tanto exhibicionismo no estará convirtiendo a los caritativos pasados por agua en una suerte de señora Roper.
De momentos sabemos que el agua no se recicla igual en todas partes. El viernes el diario español El Mundo publicaba que mientras que en EEUU la campaña ha recaudado 53 millones de dólares, en la asociación que agrupa a los enfermos de ELA en España no está notando un aumento en las donaciones para la investigación. Así que antes de ayudar a enconar el debate sobre sí es pertinente o no ver a George W Bush pasado por agua nominando a Bill Clinton, lo que tenemos que recordarle a todos los famosos, sea cual sea su forma de ganarse la vida, es que se echen mano al bolsillo y que aporten lo que puedan a esta buena causa.