Los activos de riesgo han vivido un mal mes en julio. Como resultado, el índice MSCI World obtuvo un retorno en dólares del -1,6%. El temor a una escalada en los diversos conflictos geopolíticos, en especial en Ucrania y Gaza, ha pesado sobre el sentimiento de los inversores. A su vez, la publicación del dato de PIB de EE.UU. para el segundo trimestre (4% anualizado), reaviva el temor de que la Reserva Federal se pueda ver obligada a subir los tipos antes de lo anticipado por los mercados. En Europa, se han revivido momentos de tensión ante la suspensión e intervención estatal del Banco Espirito Santo. Por el contrario, los mercados emergentes (excluyendo Rusia) tuvieron un mes bueno en general (el índice MSCI Emerging Markets recuperó un 2% en dólares en el mes). Las señales de estabilización económica en China ayudaron a estos mercados, al publicarse un crecimiento del PIB del 7,5% interanual, en línea con el objetivo del gobierno para la totalidad de 2014.
En el mercado de renta fija, los bonos del Tesoro de EE.UU. a 10 años terminaron el mes en el 2,56%, algo por encima del 2,53%. Sin embargo, el bund alemán a 10 años redujo su yield al publicarse algunas encuestas de sentimiento y el índice de inflación armonizada de la Eurozona por debajo de consenso, avivando los temores de deflación en Europa. En términos generales, la deuda de mercados emergentes resistía bien, con el índice JP Morgan EMBI+ arrojando un retorno total en dólares del 0,07%, aunque la deuda rusa ha tenido un mes muy malo en respuesta a las nuevas sanciones aprobadas por la diplomacia europea como respuesta a la tragedia de Mayasia Airlines en Ucrania.
En cuanto a nuestro posicionamiento actual, en nuestro modelo de asignación de activos seguimos negativos con la deuda de los gobiernos desarrollados, detectando más oportunidades en crédito corporativo. Sin emabrgo, destacamos que el periodo de retornos extra en el crédito ha finalizado, por lo que ahora esperamos que el retorno proceda fundamentalmente del cupón. La deuda high yield ha vivido un mes difícil en julio tras los comentarios de Yellen sobre el deterioro de los estándares de la deuda apalancada y del rating de algunos emisores de peor calidad. Si no se produce un deterioro de la calidad crediticia general, la debilidad reciente en high yield podría verse como una oportunidad de compra, especialmente para aquellos inversores posicionados en exclusiva en renta fija, pero no vamos a añadir exposición a high yield en nuestros portafolios multiactivos.
Al tiempo que favorecemos el crédito, también mantenemos nuestra sobreponderación a renta variable (vía Reino Unido y Japón) así como a real estate. Si bien la renta variable británica no puede considerarse ya barata, su atractiva rentabilidad por dividendo sigue sirviendo como soporte. Además, el Reino Unido sigue siendo un destino atractivo para que las grandes corporaciones globales utilicen sus excesos de caja, por lo que esperamos que la actividad corporativa continúe, puesto que todavía hay muchas firmas reticentes a invertir en capex. Un potencial escollo para el Reino Unido es el riesgo político, proveniente de las elecciones sobre la independencia de Escocia así como las elecciones generales de 2015.
En Japón, las valoraciones son atractivas comparadas con las de otros mercados desarrollados, con evidencia reciente de que la subida del IVA no ha generado un problema duradero para las empresas niponas. Tras un reciente viaje realizado por nuestro equipo de análisis de renta variable a Japón, su percepción es que el Banco de Japón está tranquilo con el impacto de la subida del IVA. El precio de los inmuebles comerciales en Reino Unido sigue recuperándose, contando con el apoyo de la escasez de nuevos proyectos tras la crisis de 2008, que limitan la oferta. Lo más relevante puede ser que el rendimiento de la inversión en propiedades comerciales sigue siendo atractivo comparado con un entorno de tasas históricamente bajas para los bonos.
Columna de opinión de Mark Burgess, CIO de Threadneedle