Este post, sin ninguna duda, es el post que estaba deseando escribir desde hace tiempo.
Desde que abracé el mundo digital hace más de un año y empecé con este modesto blog, solo me han pasado cosas buenas, entre ellas una fundamental; el darme cuenta que había perdido el miedo al futuro y cuando uno no tiene miedo, es libre y cuando uno es libre, la vida cambia de manera maravillosa.
Lo que yo he vivido en estos 6 años y 3 meses tanto en Caja Duero, en la posterior fusión con Caja España, y en la interminable integración con Unicaja, ha sido por decirlo de manera suave, duro, muy duro, pensaba que conocía los entresijos de las cajas por mi anterior trabajo en Skandia, pensaba que podía manejarme…¡ja!…entre el tsunami de la crisis, la propia idiosincrasia del antiguo modelo de cajas y la escasa altura personal y profesional de algunos de los pasados y actuales directivos, he visto en primera fila un compendio de las peores prácticas empresariales que jamás pensé que pudiesen existir, he visto en primera fila un cúmulo de luchas de poder, traiciones, egoísmos y ambiciones que harían palidecer a los guionistas que adaptan para la Televisión Juego de Tronos.
Pero gracias a ver el abismo he sabido rectificar, reciclarme, dar un giro de 180 grados y cambiar tanto personal como profesionalmente y me quedo con esto, me quedo con el recuerdo de los magníficos profesionales y mejores personas que hay en la gestora, en las filiales, en servicios centrales, en la red y en la enorme potencialidad, que a pesar de todos los avatáres que hemos sufrido, tiene la franquicia. Solo necesita buena dirección, productos y marca.
Espero y deseo que la nueva Consejera Delegada del Banco se de cuenta del gran banquillo que tiene y les ponga a jugar. Que junto con las nuevas incorporaciones que ya se están produciendo, cambie completamente el equipo titular que nos hizo descender de categoría. Que se de cuenta que para romper el nudo gordiano que sigue anclado en la Plaza de los Bandos, en El Portillo y en las Plantas 4 y 5 de Marques de Villamagna hace falta mano firme y voluntad de hierro. Los actuales integrantes del equipo titular han demostrado sobradamente que no merecen esa condición.
No podía seguir en una gestora cuyas maneras de funcionar siguen exactamente igual que en modos pre-crisis, en una entidad donde existe una gestora únicamente por exigencia legal, pero que concede la misma falta de autonomía y poder de decisión que si fuese un departamento más, en una entidad que no quiere darse cuenta de la absoluta urgencia de abrir las ventanas, de cambiar, de apostar por la gestión y no por fondos sin valor ninguno y de otras épocas, de la imperiosa necesidad de abrazar el mundo digital, de la importancia capital en hacer marketing con mayúsculas, de que hay que estar sí o sí en las redes sociales, de que ahora solo se puede aportar valor a los participes y al banco, dando valor a la gestora, a sus gestores, a sus directivos, a sus profesionales.
Ahora el futuro me pertenece, me tomaré unas semanas de reflexión y descanso para decidir por donde encamino mi rumbo , espero que alguna de las conversaciones informales que he tenido en estos meses se vayan concretando, también estoy esperanzado en que aparezcan nuevas posibilidades que pueda valorar y en poder concretar algunas de las ideas que bullen por mi cabeza, pero sin duda, será con personas y entidades con las que me sienta a gusto, que comparta su misión, visión y valores, que sientan que trabajamos en los servicios financieros no para dar sartenazos al cliente sino para ayudarle.
Haga lo que haga, tendrá que ver con mi pasión por los fondos de inversión, por la gestión de activos, por la revolución digital, quiero ser un espectador de excepción en ver como la Web 2.0 va a trastocar todos los ordenes que conocemos en esta industria y tambien en nuestras vidas.
He pensado que para completar este post, podría ser una buena ocasión expresar mis reflexiones acerca de mi salida, así como otras consideraciones, con una entrevista en vídeo realizada por mi hija mayor Ana.
¡Espero que os guste!
Blog de Martin Huete