El incremento del consumo interno constituye la piedra angular de por qué invertir en China. En un momento en el que el crecimiento general de la economía china se está ralentizando tras años de rápido desarrollo basado en la inversión, los consumidores que disfrutan de las ventajas de un crecimiento compuesto de la renta disponible de entre un 14% y un 18% serán cada vez más importantes para la economía.
Muchos inversores creen que las multinacionales occidentales representan la mejor forma de aprovechar este segmento de nuevos consumidores. En Henderson, compartimos este punto de vista y reconocemos que algunas compañías como Yum! Brands —propietaria de la cadena de comida rápida KFC— se encuentran en una buena posición. Sin embargo, creemos que los inversores están pasando por alto la gran oportunidad de explotar la baza de las empresas locales que realmente comprenden las dinámicas, y a menudo regionales, preferencias de los consumidores. Estas grandes marcas suelen contar con amplias redes de distribución bien consolidadas y de gran calidad que les aportan una ventaja competitiva duradera con respecto a las marcas extranjeras.
Un ejemplo de marca china privada de éxito es Great Wall Motors Company. Originaria de Baoding, en la provincia de Hebei, esta compañía ha surgido como una marca líder en China de vehículos deportivos utilitarios (SUV). Al igual que en Occidente, el aumento de la renta disponible impulsa a los consumidores a querer comprar coches más grandes, por lo que las ventas de este tipo de vehículos se han disparado desde una tasa anualizada de un millón de unidades en 2010 hasta superar los tres millones en 2013. Como líder del sector, Great Wall Motors Company ha experimentado un gran crecimiento en este mercado en expansión y sus acciones han registrado una sólida racha de cinco años.
No obstante, en los últimos seis meses la empresa se ha topado con dificultades a la hora de crecer. Los márgenes han caído, mientras que los esfuerzos en materia de I+D se han intensificado, y el lanzamiento del nuevo modelo H8 se ha retrasado. Estos tropiezos han provocado que la confianza de los inversores en la compañía se haya enfriado drásticamente. La valoración de la compañía ha vuelto a alcanzar los niveles atractivos de una marca de referencia que se apoya en la contrastada solvencia de los directivos de la casa y que se encuentra bien posicionada para aprovechar una tendencia de aumento de la popularidad de este tipo de vehículos que podría durar varios años.
Existen pocas compañías chinas que hayan sabido internacionalizar sus marcas de forma satisfactoria: el fabricante de ordenadores portátiles y de sobremesa Lenovo ha sido de las pocas en alcanzar este hito. Lenovo se ha valido de una marca destacada en China para generar cuantiosos flujos de caja que le sirvieron para realizar adquisiciones inteligentes de marcas extranjeras, que, junto con su eficiencia en materia de fabricación, ha permitido a la compañía ganar cuota de mercado de forma regular en el mercado mundial de ordenadores. En fechas más recientes, Lenovo ha desarrollado la tecnología necesaria para beneficiarse del crecimiento de los smartphones en China. Además, el nuevo modelo de ultrabook Yoga ha cosechado buenas críticas, lo cual impulsa a la empresa para competir en el mercado mundial de las tabletas. En 2014, la empresa ha estado muy ocupada anunciando acuerdos de gran magnitud en materia de fusiones y adquisiciones, como la compra del negocio de servidores de IBM o la adquisición de Motorola a Google. Teniendo en cuenta la excelente trayectoria de Lenovo a la hora de integrar empresas, creemos que la compañía está ahora incluso mejor posicionada para crecer tanto en China como en el extranjero como una de las marcas de referencia en el panorama tecnológico.
Las reformas anunciadas en el pleno del Partido Comunista de noviembre de 2013 suponen un cambio trascendental en la filosofía que guía a la economía. El Presidente Xi se ha embarcado en una ofensiva contra la corrupción que ha provocado la drástica reducción de los generosos presupuestos de gasto público y ahora centra su atención en los despilfarros e ineficiencias en las empresas públicas. Estamos comenzando a ver cómo empresas públicas monolíticas que operan en los sectores de la energía y las telecomunicaciones reducen su presupuesto de inversión y aumentan los porcentajes del beneficio destinado a dividendos. Además de introducir drásticos cambios en las empresas públicas, el Presidente Xi está introduciendo más factores de mercado en la economía, como la liberalización de los tipos de interés y de los mercados financieros. Los inversionsitas internacionales no pueden invertir en el mercado de acciones de Clase A de Shanghai y Shenzen, pero sí pueden comprar acciones de Citic Securities, la casa de bolsa más grande de China. La empresa también cotiza en la Bolsa de Hong Kong y se beneficiará de las reformas financieras, así como de cualquier repunte del ánimo de los inversores locales.
Columna de opinión de Charlie Awdry, gestor de la estrategia China Opportunities de Henderson Global Investors