Mucho se ha hablado de lo que ocurre en China recientemente. A algunos analistas, la desaceleración les parece un mal escenario, y a otros les llaman la atención los problemas financieros. Pero muy pocos, especialmente en América Latina, nos alcanzamos a imaginar lo que realmente estresa a los economistas e inversionistas chinos.
Es cierto que la economía se está desacelerando, y eso debe ser así. Una economía que durante 20 años creció basada en inversiones de capital, no puede hacerlo indefinidamente. Pero hoy, el verdadero problema es la banca en la sombra y una serie de vehículos financieros locales que estuvieron sustentados municipalmente, pero que se salieron de las manos y ya el gobierno central tuvo que entrar a revisar y, en algunos casos, a controlar.
Nadie sabe cuánto vale la banca en la sombra. Y eso es un problema mayúsculo, pues cualquier ‘default’ de una empresa con créditos en este sector podría tener algunas implicaciones que no nos alcanzamos a imaginar. Más o menos, la tasa de los repos demuestra si la economía está asfixiada por liquidez o no, y lo que se sigue notando es que cada vez que llega la fecha de ajustar el encaje por parte de los bancos, la tasa repo salta: todo el mundo sale a buscar recursos con el fin de cumplir la obligación. Pero no es una tasa cualquiera, son tasas, a veces, realmente escandalosas superiores al 14%.
Esto demuestra que la liquidez falta en la economía, los bancos tienen todo prestado, y aún no es suficiente. Pero al PBoC (banco central), le estresa la inflación, en un país en el cual el conjunto es rico, pero sus ciudadanos no lo son tanto. Inflación sería un problema mayúsculo en una población que, incluso hoy, es mayoritariamente rural.
Por eso se han prendido las alarmas en todo el mundo, pues si esto creara un efecto de bola de nieve dentro de la economía china podría impactar no sólo su crecimiento, sino incluso el desempeño de otras muchas partes. Lo malo es que como es a la “sombra” y los intereses que pagan son cercanos al 40%, nadie revela verdaderamente qué es lo que tiene. Y por eso es que es tan difícil actuar. En términos sencillos, es como cuando el hijo decide hacer las cosas a escondidas, porque si se lo dice al papá se expone a un castigo. Parece conveniente que el papá por un momento posponga sus ganas de regañar y que el hijo le cuente sus secretos.
“Las opiniones aquí expresadas son a título personal, y no reflejan necesariamente la posición de Old mutual Skandia sobre los temas tratados”
Columna de opinión de Manuel García Ospina
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