El buen rendimiento que registró la renta variable europea durante 2013 no nos cogió por sorpresa. Las valoraciones iniciaron 2013 en niveles muy bajos y cuando Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, se comprometió a recuperar la estabilidad, los inversores volvieron a exponerse a la renta variable en detrimento de sus posiciones en bonos —una temática que esperamos continúe hasta que los tipos de interés vuelvan a niveles más normales—.
Sin embargo, es importante reconocer que el movimiento al alza de los mercados en 2013 estuvo impulsado principalmente por la confianza, que anticipaba un crecimiento más acelerado de los beneficios empresariales en 2014. Ahora, las empresas deben cumplir con esas expectativas —y, por tanto, la mejora de los ingresos actuará como catalizador de nuevos aumentos en el precio de las acciones—, o la renta variable europea podría verse perjudicada.
Las mejoras en la economía mundial son motivo de optimismo, pero probablemente lo adecuado sea esperar un mayor nivel de volatilidad en el precio de las acciones para 2014. De hecho, ya hemos asistido a indicios que apuntan en esta dirección durante los primeros tres meses del año, con dos caídas de los mercados de valores de más del 5% provocadas por unos resultados muy decepcionantes en el cuarto trimestre de 2013, los temores sobre los mercados emergentes causados por la retirada de estímulos de la Fed y, más recientemente, las preocupaciones sobre Ucrania.
A pesar de que la volatilidad en los mercados de acciones y la incertidumbre política no son bien recibidas por los inversores, constituyen una buena oportunidad para estrategias long/short: fondos concebidos para obtener beneficios tanto en mercados bajistas como alcistas, aunque las rentabilidades no estén garantizadas. Los fondos con estrategias long/short pueden reducir rápidamente su exposición neta a los mercados de renta variable, lo que puede ayudar a proteger el capital del cliente cuando los mercados sufren una caída. Asimismo, cuando los temores parecen excesivos, estos fondos pueden aumentar su exposición a los títulos concretos y, posteriormente, beneficiarse de cualquier subida de los mercados.
En cuanto a los riesgos en sí mismos, los acontecimientos vividos en Ucrania son claramente los más inmediatos. Desde el plano económico, no tiene sentido ni para Rusia ni para Occidente permitir que el conflicto aumente. Putin ha sido testigo de la notable depreciación del rublo y del tambaleo de su mercado de renta variable. Asimismo, Alemania aún es dependiente del suministro de energía de Rusia y no le interesa poner en peligro la frágil recuperación que está experimentando el Viejo Continente.
Las correlaciones en la cotización de acciones constituyen un factor menos discutido, pero igualmente importante, para la rentabilidad de los fondos. Tras la crisis financiera internacional, había muy poca dispersión en las fluctuaciones de precios, lo que indicaba que los inversores compraban o vendían principalmente como respuesta a los acontecimientos macroeconómicos, en vez de guiados por los fundamentales de las empresas. Sin embargo, durante 2013 se dio una dispersión de los precios de las acciones notablemente superior, lo que aumentó la atención hacia las cualidades o defectos de las empresas individuales. Hasta ahora, las correlaciones se han mantenido en niveles bajos durante 2014, lo que apoya nuestra teoría de que la selección de valores seguirá siendo primordial con vistas a generar rentabilidades positivas para los inversores este año.
Léopold Arminjon es gestor del Henderson Horizon Pan European Alpha fund