Bill Gross no es el siempre afable practicante de yoga de modales suaves que se nos ha hecho creer que es. Es muy exigente con su personal, con tendencia a la hiper-crítica y un poco tirano. ¿Quién hubiera esperado que el “Rey de los Bonos” se iba a dejar llevar por un gran ego y un poco de maldad?
Un artículo publicado en el Wall Street Journal, reveló una visión diferente del señor Gross a la que están acostumbrados muchos lectores de su “Investment Outlook”. Algunos de sus colegas y expertos de la industria están descubriendo una gama de comportamiento que es inconsistente con la persona que el propio Bill Gross ha desarrollado tan magistralmente en las últimas cuatro décadas. Para aquellos que le habían llegado a «conocer» a través de sus historias, los informes contradictorios recientes han sido una sorpresa.
¿Es éste el “new normal” de Bill Gross?
El catalizador para el artículo publicado recientemente en el WSJ fue la repentina salida de Mohamed El-Erian, el altamente respetado y antiguo heredero del Sr. Gross. El-Erian huyó de las oficinas de Pimco en Newport Beach, dejando atrás un salario anual de 100 millones de dólares. En las luchas de poder, ésta ha sido de las más feroces.
Para un hombre que gestiona 2.000 millones de dólares en activos y que es, según un experto, el Steve Jobs de la gestión de bonos, algunos se han debido de sorprender ante el carácter oculto bajo el estilo afable que el señor Gross rezuma en público. De hecho, un consultor que trabajó en Pimco durante tres años comparó el ambiente de la sala con una ‘olla a presión’, con el Sr. Gross como su chef. Las cosas han hervido desde entonces.
Pimco no se parece a ninguna otra compañía en la historia de la gestión de activos. Alguno podría argumentar que es casi imposible llegar a un nivel de realeza en esta industria y crear una empresa de dicha escala sin repartir algo de «amor duro» de vez en cuando. El Sr. Gross sostiene que efectivamente puede ser exigente con los demás, pero no más que consigo mismo. En última instancia, todo es en función de los resultados: los activos bajo gestión y el rendimiento serán la medida continua de éxito.
Más allá del melodrama, estos elementos recién surgidos sobre la personalidad del Sr. Gross son acontecimientos importantes a entender y controlar por los inversores. La gestión de activos es un negocio de personas. El éxito depende de la atracción y retención de personas con talento, capaces de trabajar en equipo. La gestión de la complejidad inter/ intra-personal, en particular en las grandes empresas, es esencial para la cohesión y el crecimiento. Éstos son elementos que los inversores deben tener en cuenta y en los que centrarse. Sus realidades son a menudo ocultas a simple vista.
En la “Receta de Gross” (The Gross Recipe), un ensayo sobre el señor Gross y la persona que ha creado a través de su “Investment Outlook” mensual, escribí:
“Lo que funciona tan bien para el Sr. Gross es que los inversores-lectores no lo saben todo acerca de él. Siempre hay algo desconocido que se deja a la imaginación del lector. A lo mejor esto es el estado de “solo lo justo” que, al igual que la bien gestionada política monetaria por parte de la Fed, es la receta del éxito”.
Tal vez ahora los inversores saben demasiado…
Roland Meerdter es el fundador y socio ejecutivo de Propinquity Advisors