Es difícil mantener la cabeza cunado los mercados financieros se comportan como vienen haciéndolo últimamente. Debe de ser todavía más difícil hacerlo si eres el gobernador del banco central de un país con un déficit por cuenta corriente del 4% y una inflación del 6%. En particular, en los mercados emergentes, ésta es exactamente la combinación que está en el punto de mira de los especuladores. Sin embargo, en medio de estos vaivenes en el sentimiento inversor, del trading a favor y en contra de los activos de riesgo, el gobernador del Banco Central de la India, Raghuram Rajan, ha expresado su preocupación por el “efecto rebaño” diciendo: “No somos ni halcones, ni palomas. En realidad, somos búhos”.
Los acontecimientos más recientes en sacudir al mercado sucedieron en Turquía. Ante la presión sobre los países que dependen de financiación exterior, no iba a pasar mucho tiempo sin que los traders se fijaran en Turquía. Después de todo, tiene un déficit por cuenta corriente que supera el 7% del PIB, y una inflación que también está por encima del 7%. Sus instituciones decidieron cortar con la especulación sobre la divisa con una subida dramática de las tasas de interés, desde el 5% hasta el 10%, con la esperanza de encarecer fastidiosamente las posiciones cortas en liras turcas. Sin embargo, al elevar tanto las tasas, pones la economía doméstica a prueba. ¿Durante cuánto tiempo podrán mantener las tasas tan altas, con el objetivo de proteger su moneda, sin sacrificar el crecimiento interno?
Latinoamérica también está teniendo sus problemas, dado que la mayoría de las grandes naciones tienen déficits externos. Argentina—que no ha conseguido recuperar totalmente su credibilidad internacional desde que suspendiera el pago de su deuda a finales de 2001—ha servido como señal de aviso a los restantes mercados emergentes, incluyendo los asiáticos. No es necesario ser un ave de rapiña para encontrar oportunidades de ponerse cortos en mercados emergentes. Los traders están alerta para encontrar objetivos similares a los de Turquía y Argentina.
Sin embargo, los mercados emergentes no son un bloque homogéneo, ni cultural, ni económicamente hablando, como han demostrado muchos países asiáticos que han sido capaces de cerrar la brecha con occidente durante los últimos 30 años. Las economías asiáticas siguen manteniendo altos niveles de ahorro y un crecimiento robusto de la productividad. La mayor parte de Asia se mantiene en calma gracias a que la región tiene superávit por cuenta corriente. Solo Australia, Tailandia, Indonesia e India cuentan con déficits externos, y posiblemente solo los dos últimos puedan ser presa de los especuladores de divisas. E incluso allí, India lleva bastante tiempo restringiendo el aumento del crédito como medida para controlar los excesos a corto plazo de su economía. En Indonesia, a pesar de la huida a corto plazo del capital, el gobierno está tomando medidas para terminar con los obstáculos del lado de la oferta y conseguir así un crecimiento más eficiente; China sigue siendo una fuente potencial de inversión directa de capital extranjero que permita a la economía invertir en mejoras de capacidad.
No es que los especuladores vayan a prestar mucha atención al gobernador Rajan—les encanta “meterse” con los bancos centrales-. Sin embargo, mientras sus opiniones pueden mantener la especulación viva en otros mercados emergentes, en Asia no hay tantas oportunidades. Al final, en Asia abundan los casos de superávit por cuenta corriente: Japón (1,0% del PIB), China/Hong Kong (2,0%), Filipinas (4,2%), Malasia (4,5%), Vietnam (5,5%), Corea del Sur (6%), Taiwán (11,5%) y Singapur (17,5%). La deuda privada denominada en dólares norteamericanos es manejable como porcentaje del PIB y, a diferencia de lo que ocurre en América Latina, los emisores de bonos se han apoyado más en inversores locales que en los mercados internacionales. Al margen del subcontinente indio, las tasas de inflación también están en niveles razonables—con una media del 2% en el norte de Asia y algo por encima del 3% en el sudeste asiático, a excepción de Indonesia-. Además, la mayor economía de Asia, China, también cuenta con un posicionamiento relativamente fuerte. Tanto sus casi 4 billones de dólares de reservas internacionales como lo cerrado de su economía hacen que una crisis de su divisa provocada por agentes externos sea prácticamente impensable.
Así, el sentimiento actual del mercado puede compararse con un albatros sobrevolando la economía asiática y el comportamiento de sus mercados. Si bien no es prudente suponer que los especuladores de divisas han pasado de largo, las economías de la región han realizado un esfuerzo suficientemente importante durante las últimas décadas para ganarse algo de respeto. No todos los mercados emergentes son iguales. No queremos vender la piel del oso antes de cazarlo pero el hecho de que Indonesia lleve un mejor año hasta la fecha* (+4,6%) que EE.UU. (-1,6%) sugiere que la sabiduría del búho está volviendo a los mercados.
*Comportamiento de las bolsas en moneda local, a 11 de febrero, 2014.
Columna de opinión de Robert Horrocks, PhD, director de Inversiones – Matthews Asia
Los puntos de vista y la información expuestos suponen una opinión y análisis sobre las condiciones de mercado en un momento específico y son susceptibles de variar. No deben tomarse como una recomendación de compra o venta de un título específico o de los mercados en general. La temática contenida en este texto deriva de varias fuentes que se consideran fiables y precisas en el momento de su compilación. Matthews International Capital Management LLC no acepta ninguna responsabilidad por pérdidas directas o resultantes del uso de esta información. La inversión en mercados internacionales y emergentes puede conllevar riesgos adicionales, como los derivados de inestabilidad política y socio-económica, mercados ilíquidos, fluctuaciones de tipo de cambio, alta volatilidad y normativa limitada. Adicionalmente, los fondos invertidos en un solo país pueden estar sujetos a mayor riesgo de mercado que los fondos diversificados por su concentración en área geográfica determinada. La inversión en pequeñas y medianas empresas conlleva mayor riesgo que la inversión en grandes empresas, puesto que pueden ser más volátiles y menos líquidas que las grandes compañías. Este documento no ha sido revisado ni aprobado por ningún organismo regulatorio.