La directora ejecutiva del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, dio hace unos semanas en Washington un excelente discurso sobre el estado actual de la economía mundial. En su discurso, la Sra. Lagarde argumentó que es innegable que la economía mundial se aceleró marcadamente en la segunda parte del 2013, y que es posible que ésta se acelere aún más durante el 2014. Según la directora ejecutiva del Fondo Monetario Internacional, el génesis de la aceleración adicional del PIB mundial es una función directa de los aciertos en política económica que han tenido los líderes mundiales del mundo desarrollado en los últimos años. Según el liderazgo del fondo monetario internacional, “la gran helada ya está en el pasado, y el horizonte se ve muchísimo más claro.”
A pesar del marcado optimismo, la directora ejecutiva del FMI hizo hincapié en los riesgos que aún podrían afectar a la naciente recuperación económica. Según Lagarde, a pesar de las buenas nuevas recientes, “el crecimiento continúa siendo muy bajo, la recuperación es frágil, y la recuperación continúa siendo muy inequitativa”. Según el FMI, la recuperación actual no da la talla suficiente para darle empleo a los 200 millones de personas alrededor del mundo que aún están buscando conseguir un trabajo digno.
Los economistas del Fondo Monetario Internacional también tienen preocupaciones sobre el futuro de la inflación a nivel mundial. Según estos expertos, existe un riesgo importante de que los precios continúen mostrando una tendencia desinflacionaria, sobre todo en Europa. La evidencia es clara. La inflación de Europa terminó 2013 mostrando un mínimo incremento del 0.8% año/año, y la inflación sin alimentos se incrementó en solo un 0,7% año/año el año pasado. El comportamiento de la inflación en EE.UU. fue similar, con los precios incrementándose solo el 1,5% año/año, y con la inflación subyacente incrementándose en solo un 1,7% año/año durante 2013.
Lo relevante acá es que mi expectativa es que la inflación siga bajando en 2014 (en Bulltick vemos la inflación subyacente de EE.UU. terminando el año mostrando un incremento de solo el 1,2% año/año). La razón detrás de mi tesis es bastante sencilla. Considero que la tasa de incremento de los precios dentro de la economía continuará bajando porque el exceso de capacidad de la economía de EE.UU. continúa siendo muy amplio en este momento. Según mis cálculos, si la crisis del 2008 no hubiera ocurrido, la economía de EE.UU. debería valer hoy USD $16.7 billones (a valores constantes del 2005), en vez de los $15.7 billones que actualmente vale. Mejor dicho, la economía de EE.UU. vale hoy un billón menos de lo que debería valer. Por lo tanto, por lo menos asumiendo que la teoría económica continúa funcionando, existe mucho espacio cesante para que la economía de EE.UU. recupere el campo perdido sin generar presiones de aceleración en la inflación.
La señora Lagarde no nombró en su discurso a la globalización de los procesos de producción como un evento desinflacionario a largo plazo, pero por definición esta nueva característica de la economía mundial es una de las bases fundamentales de su tesis. Las mejoras en las telecomunicaciones, atadas a la incremental inclusión de las economías de India, China, Brasil, y México, por dar solo unos ejemplos, a la economía mundial (el famoso “outsourcing”), implican que la capacidad de los trabajadores del mundo desarrollado para exigirle a sus empleadores mejoras salariales relevantes es muy acotada (los salarios reales en EE.UU. no han subido absolutamente nada en los últimos 6 años).
Que la desinflación continúe siendo un riesgo latente para la economía mundial es una excelente noticia para los mercados financieros, pues el hecho que se mantenga ese riesgo latente implica que es muy probable que los bancos centrales del mundo desarrollado continúen teniendo amplios grados de libertad para mantener la política monetaria con un sesgo extremadamente laxo.
Columna de opinión de Alberto J. Bernal-León, director de Investigación y Socio de Bulltick Capital Markets.