Acabo de leer una de las mejores frases que describen lo que se puede esperar de este año: “lo importante es el viaje, no el destino de llegada”. Básicamente, los analistas esperan que los mercados accionarios, especialmente los mercados desarrollados, terminen el año en positivo, pero eso no nos exime de que veamos las correcciones que muchos han estado esperando desde el año pasado. Por ahora, el mercado sigue con una tendencia positiva, impulsado por buenos datos y algunos resultados corporativos que se han conocido, que han estado en general muy aceptables.
Pero esta tendencia no puede (y no debe) continuar así: las correcciones son buenas en muchos casos (por ejemplo, cuando evitan una burbuja), necesarias y, sobre todo, normales dentro de los mercados financieros. Además, permiten a los inversionistas comprar activos en mejores precios, lo cual, sabiéndolo aprovechar, potencializa los retornos de sus portafolios.
Hablando de portafolios, el año que comienza nos refuerza la idea de que deben estar bien diversificados. Desde mitad del año pasado, cuando la caída de los mercados financieros golpeó especialmente a los inversionistas latinoamericanos que estaban expuestos a su propio país o en general a los emergentes, vimos la fuerte necesidad de encontrar activos que se movieran en tendencias opuestas a los activos locales, con el fin de que soportaran los movimientos de los mercados.
Los resultados de esta estrategia fueron muy interesantes, pues la exposición a dólar, acciones internacionales y activos no correlacionados produjo rentabilidades totales en algunos casos superiores al 10%, con volatilidades menores, incluso, a las que tuvieron los portafolios conservadores puros, invertidos únicamente en activos locales. Es decir, la frontera eficiente, que es la medida básica de un inversionista, si se mueve de forma positiva al diversificar con monedas, tipo de activo, etc. Pura teoría de libro puesta al servicio del inversionista.
Y aunque muchos inversionistas a día de hoy siguen aferrados a inversiones locales, pensando en que los retornos de los últimos 10 años se podrían seguir repitiendo indefinidamente (sin entender que el mundo entró en una nueva dinámica), nunca es tarde para mejorar el perfil del portafolio: diversificar sigue siendo la clave, más hoy cuando estamos entrando en una etapa interesante.
Esta etapa es la de la descorrelación de los activos, que vimos durante los últimos cuatro años. En términos básicos: entre 2009-2013, los activos se movieron en una misma tendencia; pero desde el año pasado las correlaciones tan fuertes empezaron a romperse, lo cual es una gran noticia para los que tenemos que plantear soluciones de inversión: esto permite modelar portafolios de una manera mucho más eficiente.
Así que, si diversificó durante 2013, felicitaciones, usted fue uno de los claros ganadores; si no, este año puede ser la oportunidad perfecta para hacerlo.
Columna de Manuel García Ospina, gerente de Soluciones de Inversión en Skandia. Esta opinión es a título personal y no refleja necesariamente la posición de Old Mutual-Skandia sobre los temas tratados