Las prácticas de gobierno corporativo en los conglomerados familiares de Corea del Sur conocidos como chaebol, tienen sus raíces en el contrato social implícito existente durante la dictadura militar que gobernaba el país en la década de los sesenta, y que formaba parte del proceso del desarrollo económico coreano. El gobierno autocrático anterior a la dictadura militar había iniciado planes económicos otorgando poder al sector privado asignando distintas áreas de desarrollo económico a cada una de las familias corporativas escogidas. De ellas, se esperaba la generación de empleo y el ingreso de dólares para el país vía exportaciones. A cambio, recibían subsidios gubernamentales privilegiados y libertades considerables. Así, bajo este contrato social, el ciudadano de a pie se veía forzado a renunciar a determinados valores democráticos y a soportar condiciones laborales muy duras para salir de la pobreza. Bajo este sistema, existía poca o ninguna consideración al valor para el accionista, y la cultura de un buen gobierno corporativo ni se contemplaba.
Sin embargo, Corea del Sur se ha convertido en un modelo económico de éxito y su gobierno corporativo está evolucionando de forma acorde. La implementación del modelo democrático y la expectativa del capitalismo para el accionista son parte del nuevo contrato social del país. De hecho, recientemente las autoridades surcoreanas han impuesto castigos más severos a ejecutivos condenados por corrupción. En el pasado, los jueces eran bastante permisivos con los magnates de los chaebol, a los que habitualmente perdonaban sus faltas “en consideración a sus contribuciones pasadas a la economía nacional.” Por otro lado, durante los últimos años la opinión pública ha pasado de considerar a los chaebol coreanos como “máquinas exportadoras” que benefician a la economía, a verlos como grupos de interés en manos privadas cuya expansión en la economía doméstica puede llegar a amenazar la prosperidad del ciudadano medio. Como reflejo de esta actitud el gobierno recientemente ha aprobado medidas que limitan la expansión de los chaebol en determinados negocios como las franquicias de descuento, las pastelerías y los restaurantes.
Desde el punto de vista de los inversores domésticos, también se observa un cambio. Los activos manejados por el Fondo de Pensiones Nacional, de 14 años de antigüedad, están creciendo a buen ritmo. Actualmente es dueño de un 6% de la capitalización bursátil del mercado accionario local, desde e 3,6% de 2009. Dado el continuado crecimiento de la participación del Fondo de Pensiones Nacional en numerosas compañías coreanas, no es ninguna sorpresa que se exija un mejor gobierno corporativo y la generación de mayor valor para el accionista, lo que debería reflejarse en el nivel de reparto de dividendos. La rentabilidad por dividendo del Índice KOSPI apenas alcanza el 1,14%, mientras el índice MSCI All Country Asia ex Japan tiene una rentabilidad por dividendo del 2,47%. El menor payout de dividendos podría reflejar una menor rentabilidad para el capital invertido por los accionistas, y a su vez puede indicar que la compañía tiene un volumen de caja excesivo. Este escenario ha sido la clave a lo que los mercados bursátiles globales conocen como “el descuento coreano”.
Notablemente, la demanda para un mejor gobierno corporativo en Corea ha partido de activistas sociales liberales, no de capitalistas. Este grupo de activistas políticos, que también han contribuido al movimiento democrático de la nación, han sido más francos que los inversores respecto a la necesidad de mejorar el gobierno corporativo. El hecho de que el conservador sistema legal coreano este empezando a reaccionar a favor del retorno al accionista y por la democracia económica es un indicador alentador sobre la formación de un nuevo contrato social para los coreanos, uno sobre el que me siento optimista.
Columna de opinión de Soo Chang Lee, CFA; Analista Financiero de Matthews Asia
Los puntos de vista y la información expuestos suponen una opinión y análisis sobre las condiciones de mercado en un momento específico y son susceptibles de variar. No deben tomarse como una recomendación de compra o venta de un título específico o de los mercados en general. La temática contenida en este texto deriva de varias fuentes que se consideran fiables y precisas en el momento de su compilación. Matthews International Capital Management LLC no acepta ninguna responsabilidad por pérdidas directas o resultantes del uso de esta información. La inversión en mercados internacionales y emergentes puede conllevar riesgos adicionales, como los derivados de inestabilidad política y socio-económica, mercados ilíquidos, fluctuaciones de tipo de cambio, alta volatilidad y normativa limitada. Adicionalmente, los fondos invertidos en un solo país pueden estar sujetos a mayor riesgo de mercado que los fondos diversificados por su concentración en área geográfica determinada. La inversión en pequeñas y medianas empresas conlleva mayor riesgo que la inversión en grandes empresas, puesto que pueden ser más volátiles y menos líquidas que las grandes compañías. Este documento no ha sido revisado ni aprobado por ningún organismo regulatorio.