Para un país con el tamaño, el nivel de desarrollo y la complejidad de China, resulta sorprendente la velocidad a la que se generan algunas estadísticas como, por ejemplo, el dato del crecimiento trimestral del producto interior bruto (PIB). De hecho, algunos analistas han llegado incluso a cuestionar la precisión misma de estas cifras.
Existen varias razones para poner en entredicho la integridad de los datos. Algunos alegan que el sistema político del país, altamente jerarquizado, y la escasa rotación en la cúpula de poder —que cambia cada diez años— podrían haber llevado a los miembros del Partido Comunista a publicar cifras marcadas por la solidez. La economía china tradicionalmente controlada por el Estado podría no ser el mejor contexto para estimar y calcular con precisión la creciente y siempre cambiante demanda de los consumidores y, lo que es más importante, el sector servicios, en el que la producción está menos relacionada con bienes cuantificables. Los economistas temen que las cifras no reflejen la nueva realidad económica o, más bien, que reflejen imperativos políticos. No obstante, el instituto nacional de estadística chino no se lo está poniendo fácil a los observadores independientes que tratan de comprobar su trabajo.
Así pues, como gestores de fondos, ¿cómo podemos salvar esta situación? Nos fijamos en las tendencias que reflejan los datos macroeconómicos pero, en vez de basarnos en las estadísticas “oficiales” del Gobierno, preferimos barajar datos de menor nivel, como el crecimiento del consumo eléctrico, la producción de las refinerías y las encuestas sobre el índice de gestores de compras (PMI) de empresas manufactureras de cara a evaluar la solidez del crecimiento económico. Entretanto, en la totalidad de los mercados emergentes, las ventas de automóviles constituyen un barómetro interesante de la demanda de los consumidores.
Figura 1: Resumen de las ventas mensuales de automóviles en China
Combinando varias fuentes alternativas de datos y, particularmente, a través de reuniones frecuentes con numerosas empresas, somos capaces de forjarnos una idea de conjunto de la economía en general.