El mercado y los analistas esperan que el Banco Central Europeo (BCE) se reafirme hoy en las declaraciones que hizo Mario Draghi en Sintra el pasado 18 de junio. Es decir, que está listo para tomar todas las medidas para respaldar el crecimiento y acercarse a su meta de inflación, y probablemente proporcionará una nueva orientación de expectativas.
La reunión de hoy y la posterior rueda de prensa son muy relevantes. El presidente del BCE dijo claramente que el banco está dispuesto a tomar todas las medidas necesarias para preservar el crecimiento y acercarse a su objetivo de inflación del 2%. Estas declaraciones llevaron a una recuperación en todos los mercados, a un aplanamiento de la curva de rendimiento y a un endurecimiento de los diferenciales de crédito y periféricos. Desde entonces, el contexto subyacente de las declaraciones de Draghi ha cambiado poco.
“Al validar los anuncios anteriores, ahora respaldados por el consejo de gobierno, el BCE debe confirmar la modificación de su orientación de expectativas. Por lo tanto, el banco debe preparar el terreno para sus siguientes medidas concretas: en nuestro escenario, una caída de 10 puntos básicos en el tipo de depósitos en septiembre y un reinicio del programa de compra de valores al final del año. La introducción de un servicio para depósitos de varios niveles, que se mencionó a principios de año, podría volver a ser debatido”, explica Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors.
En principio, la confirmación oficial de nueva orientación de expectativas debe ser bien recibida por los mercados y debería ayudar a fijar los tipos en niveles extremadamente bajos. La gran pregunta es qué medidas puede anunciar la instituciones monetaria y hacia dónde puede focalizar sus esfuerzos.
En opinión de Juan Ramón Casanovas, gestor responsable de la carteras privadas de Bank Degroof Petercam Spain, podría darse tres opciones: “La primera medida de esta nueva era para el BCE podría ser reanudar el programa de compra de deuda o de expansión cuantitativa, también conocido como QE y que podría iniciarse con compras mensuales de 15.000 millones. Otra medida que debería anunciarse en esta reunión, sería retrasar la primera subida de tipos hasta que el mercado lo necesite, pero no antes de finales del 2020. Y la tercera y última medida que se podría adoptar, sería bajar las tasas de facilidad de depósito, actualmente en el -0,40%”. Ahora bien, Casanovas avisa que todas estas medidas “penalizan aún más las cotizaciones de los bancos, falta ver cuánto de ellas ya tienen descontados los niveles actuales”.
Uno de los mantra que suena en el mercado es que el BCE también podría anunciar un recorte de los tipos de interés, en línea con lo que se espera que ocurra en la reunión de la reserva Federal de Estados Unidso (Fed) la próxima semana. Pero Michael Nizard, director de asignación de activos y deuda soberana en Edmond de Rothschild, se muestra prudente.
“No esperamos un recorte de tipos en la próxima reunión del BCE del 25 de julio. Pensamos que podría tener lugar en la reunión de septiembre debido a las próximas cifras de crecimiento y a los escenarios de inflación previstos en la zona euro, que serán más claros en esa fase del año. No obstante, apoyamos la tesis de que hay, al menos, son dos las razones principales que explican las expectativas del BCE de un recorte de los tipos antes de finales de año. La primera es la inflación. La segunda razón es la posible apreciación del euro en un contexto de ralentización del crecimiento mundial”, sostiene Nizard.
¿Hasta septiembre?
Como consecuencia de todo esto, Bert Flossbach, fundador de Flossbach von Storch y gestor del fondo Flossbach von Storch – Multiple Opportunities, considera que el BCE nos está llevando “al principio y no al final” de una política de bajos tipos de interés, que se mantendrá por mucho tiempo. “Si bien es cierto que existen varias razones estructurales que explican la baja inflación, la realidad es que el nivel actual de tipos sería inimaginable sin una política ultra flexible del banco central. La Fed ya ha dejado entrever que se está planteando un recorte de tipos, a lo cual le seguirán otros bancos. La diferencia está en que después de nuevo subidas, la Fed tiene margen para bajar los tipos, en cambio el BCE no”, apunta Flossbach.
Desde La Française apuntan a un cambio en la orientación a futuro con tipos de interés oficiales «en los niveles actuales o inferiores» y una prórroga hasta septiembre o diciembre de 2020, preparando el mercado para una posible reducción de los tipos en septiembre. Según François Rimeau, estratega senior de La Française, “esperamos que el Consejo de Gobierno mantenga abiertas todas las opciones antes de la reunión de septiembre, incluyendo: una bajada potencial de los tipos de interés, un sistema de depósito por niveles; y una nueva ronda de expansión cuantitativa”.
Esta misma línea de prudencia respecto a los tipos argumenta Frank Borchers, gestor senior de carteras en Ethenea: “Aunque no creemos que se produzca un cambio en el tipo de interés básico en la reunión de mañana del BCE, esperamos el anuncio de una medida adicional de relajación monetaria mediante el ajuste de la orientación a futuro. Esto preparará a los participantes en el mercado para un recorte de tipos de interés clave, que esperamos para septiembre. También creemos que es probable que el BCE reactive el programa de compra de bonos (QE), aunque es probable que se anuncie a finales de este año”.
Algunas gestoras ya están modificando sus carteras asumiendo que el BCE tomará una dirección mucho más acomodaticia durante los próximos meses. “Hemos revisado al alza nuestras perspectivas sobre los activos europeos porque creemos que el Banco Central Europeo (BCE) efectuará un giro claramente acomodaticio. Por lo que hemos puesto fin a nuestra infraponderación en deuda corporativa y renta variable europea y revisamos al alza nuestra visión sobre la deuda pública del Viejo Continente hasta sobreponderación”, explica, por ejemplo, BlacKRock en su último informe.