Es difícil encontrar un año con peores cifras que 2018 para las EAFs (empresas de asesoramiento financiero). Según los últimos datos de la CNMV, el año se cerró con 158 EAFs, 13 menos que en 2017 y el número de clientes se redujo un 3,44% dejando el total de inversores asesorados por estas empresas 6.542. En cuanto al patrimonio asesorado, en 2018 alcanzó 30.490 millones de euros, un descenso del 0,97% respecto al año anterior y, respecto a los ingresos por comisiones, se situaron en 61,85 millones de euros, un 6% menos. Unos datos que ya publicó Funds Society.
Estas cifras responden, según los expertos, no solo al mal comportamiento de los mercados en la recta final del año pasado sino también a los efectos de la normativa europea MiFID II, que ha supuesto toda una revolución para las EAFs. «El mayor impacto ha sido repensarse, preguntarse dónde estás y si sigue teniendo sentido seguir haciendo lo que se está haciendo. En este sentido, 2018 ha sido un año de transición en el que las entidades se han tenido que posicionar hacia el asesoramiento independiente, el no independiente o la transformación hacia sociedades de valores o gestoras como consecuencia de MiFID II», afirmaba David Gassó, presidente de Economistas Asesores Financieros, durante la jornada «ESIs. Análisis práctico del nuevo contexto en asesoramiento y gestión», organizada por Andbank.
La obligación de realizar el cobro explícito de sus servicios a los clientes es, en opinión de Gassó, el gran reto al que se enfrentan las empresas de asesoramiento financiero. De hecho, un año después de la entrada en vigor de MiFID II, este experto duda sobre si un número elevado de EAFs han entregado a sus clientes el correspondiente informe de costes al que obliga la normativa europea.
El balance, en cualquier caso, es hasta el momento negativo, en opinión de Carlos García Ciriza, presidente de Aseafi. «Ahora hacer asesoramiento financiero y realizar una propuesta a un cliente es mucho más complicado que hace un año», apuntó en este mismo foro.
De hecho, Ciriza cree que «el cumplimiento normativo de una EAF es complicado y eso se nota en la actividad diaria. «No tiene nada que ver con cómo era hace un año», afirma. «Se empieza a complicar la cosa de tal manera que, a lo mejor, hay que ir hacia un modelo de gestión de carteras», añade.
Un sector en transformación
Precisamente para Gassó estas cifras hay que interpretarlas en un contexto en el que ha habido movimientos corporativos, concentraciones y reconversión hacia otros modelos de negocio. «Es difícil interpretar las cifras de un sector que está en transformación. Creo que sigue habiendo una oportunidad de negocio y el asesoramiento independiente va a estar por imperativo legal», concluyó.