Aberdeen Standard Investments gestiona actualmente 13.000 millones de dólares en deuda de países emergentes. De ellos, 195 millones proceden de su estrategia de mercados frontera, que lleva en marcha desde septiembre de 2013. “Hay oportunidades de rentabilidad atractivas en este producto si se articula una cartera diversificada de bonos corporativos y soberanos en moneda fuerte y deuda en divisa local”, afirma el gestor senior de inversiones en deuda de mercados emergentes de la gestora, Kevin Daly.
En una entrevista con Funds Society, asegura que ese enfoque permite minimizar los riesgos de pérdidas, como pudieron hacer en 2018, y, al mismo tiempo, capturar los riesgos alcistas, como prevén hacer en 2019. En ese sentido, desde que arrancó el año, Daly está convencido de que los mercados frontera generarán buenos retornos durante los próximos meses, ya que “han desaparecido los grandes vientos en contra de 2018”, como eran el fuerte crecimiento de Estados Unidos, la dureza de la Fed y las preocupaciones por la guerra comercial.
Daly lo evidencia con el desempeño del Aberdeen Standard SICAV I – Frontier Markets Bond Fund, un fondo sicav registrado en Luxemburgo. “Hasta el momento, todo va bien: ha registrado cerca de un 6% de retorno en lo que va de año”. El fondo obtuvo una rentabilidad bruta negativa del -3,50% en 2018, desempeñándose por encima de la deuda emergente general “y la mayoría de otros tipos de activos”. La cifra asciende al 8,12% si se tienen en cuenta la media de retornos desde la concepción del fondo.
Desde la gestora, destacan especialmente la corta duración de este tipo de activo y del fondo, con una media de 3,4 años. El principal atractivo de este último para los inversores reside en su capacidad de generar altos ingresos: su rendimiento al vencimiento es del 10,1%.
“Lo gestionamos con un estilo de retorno total, sin compararnos con ningún índice de referencia y apostamos por una cartera diversificada, lo que ha generado atractivos retornos ajustados al riesgo desde su creación”, destaca el gestor. Según cuenta, al no recurrir a ningún índice de referencia, no sobreponderan ni infraponderan países o regiones “per se”, sino que cuentan con un límite de asignación del 10% por país y otro del 3% por emisores corporativos.
Por ello, las posiciones de “mayor convicción” son aquellas que se ubican en torno al 5% y que, en la actualidad, serían países como Egipto, Nigeria y Ecuador. Daly revela que los dos primeros proporcionan rendimientos de doble dígito con divisas estables. Ecuador, mientras, “es nuestra posición más sólida de deuda en moneda fuerte, ya que creemos que el país se va a beneficiar del nuevo programa de apoyo del Fondo Monetario Internacional”. A su juicio, este debería ayudar a reducir su dependencia de la financiación del mercado.
En cuanto a las empresas, señala que hay “gran valor” en Nigeria y Ucrania. Con todo, la composición de la cartera es de un 68% para deuda en moneda fuerte, un 14% para deuda corporativa y un 32% en deuda en moneda local, como la que tienen en Egipto o Nigeria. Daly está convencido de que los tres activos ofrecen un valor atractivo.
El fondo es también una buena opción de diversificación para los inversores de América Latina que cuentan con bonos individuales locales. Para Aberdeen Standard Investments, puede ayudar a reducir la volatilidad de sus carteras y, al mismo tiempo, seguir ofreciendo alto rendimiento.
Consultado por los riesgos que afrontan estos mercados, apunta que el mayor de ellos es el “idiosincrático”, ya que los bonos frontera y sus divisas han tenido históricamente una baja correlación con los títulos del Tesoro estadounidense. “Abordar el riesgo país es clave para el desempeño” de este producto, dice Daly, quien afirma que existe una “brecha informativa” a la hora de invertir en mercados frontera.
“Nuestra experiencia invirtiendo en ellos, que requiere una diligencia continuada y viajes frecuentes a estos países, nos permite aprovechar esa brecha a la hora de articular las carteras”, sentencia.