El crecimiento de la población, la urbanización y el aumento del nivel de vida han derivado en un mayor consumo de agua. De hecho -y pese a tratarse ya de un recurso escaso-, se espera que la demanda aumente entre un 8% y un 10% durante los próximos 20 años. Así lo ve BNP Paribas Asset Management, que considera que ese incremento potenciará el crecimiento a largo plazo de aquellas empresas que inviertan en abordar el desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Por ese motivo, desde 2008 cuenta con experiencia gestionando fondos que invierten en agua y, concretamente, en 2015, lanzó uno de renta variable global, denominado Parvest Aqua, cuya gestión está delegada a Impax Asset Management. El fondo invierte en acciones emitidas por empresas internacionales cuyas actividades están relacionadas con el agua. Pese a que en 2018 registró una rentabilidad negativa del 4,61%, a 5 años ofrece una de hasta el 57,01%.
“A día de hoy, el número de compañías activas en la cadena de valor del agua ha aumentado de forma considerable, y la mayoría de estas empresas han experimentado un rápido crecimiento”, señala Sol Hurtado de Mendoza, directora general de BNP Paribas AM para Iberia. A su juicio, el agua ofrece oportunidades “sorprendentemente diversas y sólidas”, con características de riesgo similares a las de los mercados de renta variable.
Un informe de ambas gestoras apunta que la brecha cada vez mayor entre oferta y demanda, exacerbada por las alteraciones climáticas y los fenómenos meteorológicos extremos, “va a requerir importantes inversiones de capital en tecnologías de depuración de agua y en infraestructuras de distribución de la misma”. El documento destaca que, al persistir ese desequilibrio, existen factores a largo plazo que impulsarán el crecimiento de las empresas relacionadas con el agua.
Población y urbanización
Para BNP Paribas AM e Impax AM, uno de los principales factores está relacionado con el hecho de que la demanda global de agua seguirá creciendo con rapidez: aunque las mejoras tecnológicas permiten una gestión más eficiente de los recursos hídricos, el aumento poblacional pone bajo una presión considerable a las reservas.
Según la ONU, para el año 2050 se espera que la población mundial haya crecido de los 7.000 millones actuales a unos 9.000 millones de personas, de las cuales unos 6.000 millones se concentrarán en zonas urbanas. Mientras, el volumen global de agua potable permanece fijo y solo un 2,5% del total de 1.400 millones de kilómetros cúbicos de agua que hay en la Tierra se considera “dulce”.
Nivel de vida
La urbanización creciente y la mayor prosperidad en los países en vías de desarrollo están cambiando los hábitos de consumo. “La producción de muchos artículos que los urbanitas modernos dan por hecho requiere grandes cantidades de agua”, señalan las gestoras. Por ejemplo, para hacer una hamburguesa se necesitan 2.090 litros de agua y, para una camiseta de algodón, 2.950 litros. Satisfacer este rápido crecimiento exige un desarrollo importante de la infraestructura hídrica, advierten.
Infraestructura
Se estima que durante los próximos 15 años se gastarán unos 7,5 billones de dólares en infraestructuras de agua en todo el mundo. “En los países desarrollados, ha habido una inversión claramente insuficiente en reparaciones y puestas al día, en especial en las infraestructuras urbanas, muchas de las cuales se construyeron a finales del siglo XIX y principios del XX”, destaca el informe. En ese sentido, advierte de que los escapes de agua suponen un problema importante en muchas ciudades, lo que está llevando a que las autoridades comiencen a tomar medidas.
Es el caso de Londres, donde se pierden 818 millones de litros al día debido a infraestructuras hídricas obsoletas, motivo por el cual Thames Water (empresa que gestiona gran parte del agua corriente en la ciudad) se ha propuesto como objetivo a largo plazo reducir los escapes en un 50% para el año 2035.
Regulación
Las autoridades públicas y la normativa influyen en gran medida en las pautas de oferta y demanda y pueden determinar la calidad del agua, el servicio y las tarifas. Las infraestructuras hídricas y, en especial, la depuración de agua, se han convertido en una prioridad en los programas nacionales y locales durante los últimos años. Por ello, BNP Paribas AM e Impax AM aseguran que las oportunidades de inversión requieren un análisis exhaustivo de la normativa y de su posible desarrollo en el futuro.
Patrones climáticos cambiantes
El cambio climático y la creciente frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos están acentuando la presión sobre el suministro mundial de agua dulce. Según los pronósticos, en la segunda mitad de este siglo, las precipitaciones anuales serán hasta un 40 % más bajas que en la actualidad, las lluvias estivales serán cada vez más escasas en el hemisferio norte y la temperatura seguirá subiendo durante el verano.
Además, las sequías conllevan un aumento significativo del uso del agua subterránea, que, en muchas regiones, “se está utilizando a un ritmo alarmante respecto a su capacidad de reposición”, denuncia el informe. “El agotamiento de este recurso hídrico podría tener efectos catastróficos para los ecosistemas y el abastecimiento de agua dulce”, agrega. Estas circunstancias han llevado a comenzar a trabajar en soluciones como la inversión en infraestructuras y tecnologías de mayor eficiencia hídrica, la recuperación de más agua residual y pluvial, y la reducción del agua utilizada para las zonas verdes y el regadío.