En una generación, se espera que la inteligencia artificial se infiltre en casi todos los aspectos de la vida moderna. Andrew Howard, responsable de research sostenible en Schroders, examina algunos de los cambios más significativos que probablemente se producirán.
La inteligencia artificial promete un cambio social y económico comparable al de la primera revolución industrial. Sin embargo, este cambio profundo se verá comprimido en una sola generación, en lugar de en varias generaciones, como sucedió en la primera revolución, permitiendo que la sociedad se adaptara a su impacto. Apenas se han comenzado a ver los efectos de la inteligencia artificial y es imposible conocer la magnitud total de su impacto en el futuro. Aun así, desde Schroders destacan cuatro áreas de impacto que creen serán particularmente importantes.
- El potencial para unos enormes beneficios
- La disrupción laboral y el ajuste social
- La concentración de poder y los cambios regulatorios
- Las instituciones públicas y la salud fiscal
Con el tiempo, Schroders espera que los gobiernos respondan a los desafíos de la inteligencia artificial. Es muy probable que el proceso de ajuste sea agitado, pues las oportunidades que brinda la inteligencia artificial pueden madurar más rápido que la capacidad de los gobiernos para abordar sus inconvenientes.
El potencial de enormes beneficios económicos
El rango de consultores y expertos de la industria que han explorado el tema hasta el momento son casi unánimes en la visión de que la inteligencia artificial entregará beneficios económicos significativos. Según indican algunas estimaciones, se podría ver una producción adicional de 16 billones de dólares exclusivamente procedente de la inteligencia artificial en 2030, ayudada por unos aumentos significativos (entre el 11% y el 40%) en la productividad laboral.
Si estos números se materializan, las implicaciones llegarán mucho más allá de los sectores de nichos de tecnología. El Instituto McKinsey Global predice que el 70% de las empresas adoptarán al menos alguna forma de inteligencia artificial en 2030 y se comenta que el tema ya se ha tratado en la mayoría de los consejos de administración.
La disrupción en la fuerza laboral y el ajuste social
Una tecnología que es capaz de tomar decisiones de forma autónoma podría revolucionar aquellos trabajos que se basan en el juicio, el conocimiento y la percepción. El resultado podría ser un trastorno significativo en la fuerza laboral. Sin embargo, el principal problema no es la pérdida permanente de empleo si no la necesidad de que la fuerza laboral se actualice con las habilidades tecnológicas y se adapte a los diferentes roles que las personas desempeñarán en una economía con una nueva conectividad. Esto será una aspecto clave para que las empresas puedan permanecer competitivas y disfrutar del éxito a futuro.
Es probable que la adopción de la inteligencia artificial en la fuerza laboral comience reforzando los conocimientos de los líderes humanos ya existentes con técnicas de inteligencia artificial. El balance de la toma de decisiones debería desplazarse hacia esta última con el tiempo, conforme su efectividad es mostrada.
Será vital para mitigar el malestar social proporcionar una capacitación y un apoyo a la sociedad para que pueda hacer esta transición de una forma no abrupta y proporcionar una red de seguridad para aquellos que no pueden hacer esa transición. Con una sociedad que se está viendo cada vez más privadas de derechos, proporcionar esta red de seguridad podría ser la clave para proteger el papel de las instituciones públicas.
Concentración de poder: ¿cómo podrían responder las empresas?
Es probable que la inteligencia artificial cree posiciones de dominio reforzadas en sí mismas por los líderes ya en funciones. Las empresas más grandes acumularán más datos, proporcionándoles una ventaja competitiva. Si se explota sabiamente, les permitirá desarrollar ideas y acciones más poderosas, reforzando su escala y fortaleciendo sus posiciones competitivas.
En el futuro inmediato, los líderes tecnológicos probablemente mantendrán su dominio, con el poder corporativo concentrado en las manos de unos pocos. Esto conlleva unos riesgos que conducen a un comportamiento monopólico poco saludable en el que el bienestar social y los intereses de los consumidores o trabajadores están subordinados a la rentabilidad con muy pocos controles o equilibrio en sus acciones.
Esta concentración crea dolores de cabeza para los reguladores, en particular cuando se trata de supervisar a los sectores de la tecnología intangible, donde los activos son móviles a nivel internacional. En Schroders esperan un crecimiento en el enfoque político para limitar el rango de la utilización de la inteligencia artificial o que se requiera compartir la información para ayudar a la competencia. Es probable que un enfoque clave sea proporcionar transparencia, de modo que las empresas deban explicar cómo se alcanzan las decisiones algorítmicas.
Desde el punto de vista de Schroders, será cada vez más importante que las empresas enfaticen los beneficios que el uso de datos y la inteligencia artificial pueden proporcionar, en lugar de enfocarse en el control de ambos como fuente de ventaja competitiva.
Protegiendo las instituciones públicas y los ingresos fiscales
Los gobiernos ya están luchando para aumentar los ingresos fiscales lo suficiente como para hacer frente a las crecientes demandas del envejecimiento de la población. Es probable que los ingresos se concentren en las manos de menos individuos o empresas, creando mayores desafíos para los gobiernos que tratan de gravar impuestos. El cambio hacia el crecimiento en las industrias intensivas en propiedad intelectual también ha comenzado a crear dificultades fiscales para los gobiernos con escasez de efectivo. Muchos de estos gobiernos han respondido con esfuerzos combinados (en particular a través del G20) para asegurar que las empresas de tecnología (quienes han demostrado históricamente ser expertos en minimizar sus pagos de impuestos) paguen impuestos en concordancia con su escala. La Unión Europea está considerando introducir un impuesto del 3% en los ingresos del sector.
De cara al futuro, es probable que sea necesaria una reforma fiscal más revolucionaria y una mayor cooperación internacional para hacer frente a la amenaza de déficit que de otro modo podría socavar la capacidad de los gobiernos para proporcionar los servicios que las sociedades esperan. Será más importante que nunca que las empresas se centren en modelos de negocios que ofrezcan beneficios sociales y rentabilidad, sin depender de estrategias fiscales agresivas para respaldar los beneficios.
La fórmula para el éxito de la inteligencia artificial
Extraer unas conclusiones concretas sobre el impacto de la inteligencia artificial, que permanece todavía en la infancia de su impacto potencial, únicamente puede llevar a conjeturas. A medida que aumenta el escrutinio, Schroders cree que las empresas que tienen mayores probabilidades de éxito son aquellas que:
- Tienen un plan estructural para modernizar sus plantillas
- Construyen una ventaja competitiva a través del uso de datos y de inteligencia artificial para proporcionar beneficios sociales que sostengan sus licencias para operar, en lugar de aplicaciones comerciales que no pueden demostrar su valor público
- Evitan las estrategias fiscales agresivas e insostenibles o el empuje de los límites regulatorios que podrían desbaratarse a medida que se endurece la intervención fiscal
Los cambios sociales son inevitables. En Schroders esperan que los gobiernos y los reguladores se centren cada vez más en las acciones para abordar las dificultades resultantes. Esa respuesta política ayudará a separar las empresas que se han preparado para los desafíos de las que no.