Para este año 2019 el Consejo General de Economistas continúa situando su previsión de crecimiento español en el 2,2%. Previsión, no obstante, que consideran optimista teniendo en cuenta, entre otros factores, la desaceleración europea –evidente en Alemania y Francia–, la incertidumbre del Brexit, la crisis de los chalecos amarillos en Francia o el pulso de Italia con las exigencias de Europa.
Todos estos factores de incertidumbre, unidos a las restricciones arancelarias en el comercio internacional –que previsiblemente continuarán–, y la decisión del BCE de acabar con el programa de compra de deuda pública, que afectará a la evolución de los tipos de interés a finales de 2019, hacen que la inflación previsiblemente se mantenga en el entorno del 2% para el próximo año. Para el Consejo, la evolución del consumo no debería influir en el incremento del IPC. Por otra parte, sería necesario recordar que la economía española es muy dependiente de los precios del petróleo y energía, por lo que la inflación del año 2020 dependerá de cómo evolucionan estos índices, aunque se estima que no supere el 2% en ese ejercicio.
Además, la previsión del Consejo de la tasa de paro continúa siendo del 14% para 2019, aunque a este respecto el Banco de España ha apuntado que las medidas que se están tomando en el ámbito laboral podrían afectar a la creación de empleo. Este hecho, unido a que los índices de inflación previstos pueden deteriorar el poder adquisitivo –dada además la baja tasa de ahorro existente–, podría provocar una previsible caída del consumo, siendo éste clave por su aportación al crecimiento económico. No obstante, la entidad prevé que la tasa de ahorro debe crecer por encima de los niveles de 2018 (en niveles mínimos desde 2008), teniendo en cuenta el previsible incremento de los tipos de interés de mercado y el descenso de la tasa de consumo de las familias.
Las medidas proteccionistas que Trump está implementando con evidente efecto contagio, así como el menor crecimiento del comercio mundial y de la zona euro, donde se dirigen el grueso de las exportaciones españolas, crean incertidumbres en un sector, el de las exportaciones, cuya aportación al crecimiento se ha tornado negativa a lo largo de 2018. A este respecto, se estima que la evolución de las exportaciones en este escenario seguirá una tendencia de crecimiento inferior al ejercicio de 2017 y 2018, por lo que el Consejo mantiene el 3% para 2019 y cabe esperar un ligero repunte para 2020.
Por sectores, solo la vivienda (construcción) sigue manteniendo en los comienzos de año la proyección positiva. No obstante, el cambio de ciclo puede terminar afectándole negativamente. Por su parte, el turismo deja los récords de los últimos años, pero es un sector que a nivel mundial mantiene su tónica, con la incógnita de lo que el Brexit puede afectar.
La incertidumbre sobre la aprobación de los presupuestos, el recrudecimiento del tema de Cataluña –comienza a dejar de aportar diferencial de crecimiento al total nacional–, el endurecimiento de la política del BCE a partir de finales de año, así como los problemas que empiezan a ser endémicos –entre otros, la carga de la deuda pública, la dificultad de domeñar el déficit o la problemática sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones–, son obstáculos que lastran un óptimo crecimiento.