Puede que las fases de expansión económica no mueran de viejas, pero sí se sabe que los mercados son propensos a sufrir fuertes oscilaciones de la volatilidad en la fase final de un ciclo. Según señalan Tim Foster y Claudio Ferrarese, co-gestores de la estrategia FF Flexible Bond de Fidelity International, si los vientos económicos favorables a Esados Unidos amainan en 2019, una postura de cautela podría generar recompensas para los inversores en renta fija.
A continuación, los puntos clave a tener en cuenta para 2019:
- Los bonos del Tesoro de Estados Unidos, una de las peores clases de activos de 2018, podrían sorprender al alza este año.
- Se pueden encontrar bonos corporativos investment grade atractivos con un enfoque selectivo, sobre todo a la vista de los diferenciales más amplios que existen en Europa.
- A la vista de la mayor fragilidad de la coyuntura, en última instancia en Fidelity son cautos sobre las perspectivas de los activos de mayor riesgo y menos líquidos de cara a 2019.
La volatilidad está muy viva
Ha pasado una década desde la quiebra de Lehman Brothers, pero las recientes turbulencias de los mercados han supuesto un oportuno recordatorio de que la volatilidad está muy viva en los mercados financieros. 2018 ha dejado un entorno complejo en muchos activos de renta fija y Fidelity International espera que durante el segundo semestre de 2019 amainen parte de los vientos favorables que sostienen el crecimiento estadounidense. En su opinión, la atenuación del efecto de los estímulos fiscales, la debilidad de la inversión productiva y los tipos más altos probablemente lastren el crecimiento y planteen dificultades a los activos de riesgo conforme avance el año.
Aunque los diferenciales de la deuda corporativa mundial se han ampliado y ya reflejan en parte unas perspectivas más débiles, en última instancia Fidelity se muestra cauto sobre las perspectivas de los activos de mayor riesgo y menos liquidez de cara al próximo año. Es cierto que los fundamentales empresariales siguen siendo relativamente favorables, ya que los márgenes han mejorado y la cobertura de intereses se mantiene en niveles adecuados, pero el apalancamiento continúa siendo elevado y la inflación de los costes podría erosionar los márgenes de beneficios de las empresas. Dentro de la deuda corporativa, Fidelity cree que las valoraciones son más favorables a la calidad que al rendimiento y prefiere los bonos investment grade a los high yield en esta fase final del ciclo económico.
Estados Unidos mantiene el rumbo
Resulta complicado señalar cuándo va a tocar a su fin una de las expansiones económicas más largas de la historia, pero los riesgos ciertamente parecen estar aumentando. Muchos inversores esperan que la Reserva Federal de EE.UU. siga subiendo los tipos de interés el próximo año, pero a tenor de lo anterior, en Fidelity piensan que hay margen para que se reduzca el diferencial de crecimiento de EE.UU. frente al resto del mundo.
Si eso ocurriera, la Fed podría verse obligada a replantearse su postura de mantener el rumbo de su política monetaria. Qué duda cabe de que EE.UU. ha ampliado su ventaja en la “carrera” por la normalización de la política monetaria en 2018, pero otros bancos centrales podrían endurecer las condiciones monetarias cuando la Fed decida tomarse un respiro.
Pero, ¿y si del dicho al hecho fuera un buen trecho? Las posibilidades de que los tipos de interés suban en el Reino Unido y Europa durante los próximos doce meses siguen siendo escasas e indudablemente dependerían, respectivamente, del desenlace de las negociaciones del Brexit y los planes de sucesión de Mario Draghi. Sin embargo, con algunos ajustes fiscales en Europa, sumados a la resolución del problema de los presupuestos italianos, el crecimiento europeo podría superar una previsión de por sí baja, generando de este modo unas expectativas moderadas de subidas de tipos.
Encontrar el equilibrio adecuado en 2019
La deuda pública de los mercados desarrollados no será inmune a la volatilidad, pero los rendimientos probablemente se mantengan bajos desde una perspectiva histórica. Tal y como están las cosas, la estrategia de Fidelity sería la de elevar la duración desde el nivel actual, con preferencia por la duración en dólares estadounidenses atendiendo a la dinámica de final de ciclo. Sin embargo, son conscientes de que el cuadro técnico sigue siendo muy incierto, por lo que el reto es equilibrar el riesgo de nuevas subidas de los rendimientos con la cautela ante la posibilidad de un giro. Como siempre, es importante mantener un equilibrio adecuado entre el riesgo de duración y de crédito cuando uno se plantea adoptar una posición más defensiva.
La intención de Fidelity es mantener un posicionamiento relativamente defensivo en lo que respecta a la asignación de activos y la liquidez. Su objetivo es aprovechar las oportunidades en las áreas menos apalancadas del mercado de bonos corporativos, como la deuda corporativa europea investment grade, donde podrían conseguirse rentabilidades superiores moderadas. Aunque la coyuntura en torno a los activos de riesgo podría no deteriorarse durante el primer semestre de 2019, la situación podría complicarse si el crecimiento se frena y los impagos empiezan a aumentar.
Por lo tanto, en Fidelity creen que a partir de ahora es vital que los inversores en renta fija alcancen un equilibrio entre el riesgo y la rentabilidad.