Las expectativas del consenso del mercado que esperaban una continuación de un entorno global de crecimiento sincronizado que caracterizó los 18 anteriores meses se han visto presionadas en 2018. Impulsado por los recortes fiscales de la administración Trump, se esperaba que el crecimiento en Estados Unidos fuera robusto, pero la fortaleza del desempeño de los mercados de la renta variable europea y de los mercados emergentes en 2017 demostró ser una falsa señal conforme el crecimiento subyacente no continuó en el tiempo.
Según apunta Philip Saunders, co-responsable del equipo Multi-Asset Growth en Investec Asset Management, la euforia del mercado podría haber sido el resultado de un flujo final de liquidez a través del sistema bancario global, en oposición a una sólida dinámica de crecimiento como se había creído en el mercado.
La anticipada moderación del crecimiento en China, en respuesta a las medidas políticas para atajar la pobre productividad del capital parece haber sido más significativa de lo que las estadísticas oficiales sugieren. Mientras tanto, el ajuste en las condiciones internacionales de liquidez se ha visto reflejada en la renovada fortaleza del dólar, combinada para reforzar la divergencia no solo de Estados Unidos con respecto al crecimiento global, sino en relación con la moneda y al desempeño del mercado de renta variable. En un primer momento, la crisis en Argentina y Turquía fueron descartadas como crisis idiosincráticas, pero era evidente que el entorno macroeconómico se estaba volviendo más desafiante.
El mercado alcista en todos los activos que había tenido lugar bajo el extendido programa de relajamiento cuantitativo de los bancos centrales está dando paso ahora a un entorno caracterizado por unas condiciones monetarias más restrictivas y un proceso de reajuste en los precios.
El crecimiento global ha tocado techo y se está desacelerando. La economía en Estados Unidos tiene el suficiente impulso para oponerse a esta tendencia por un tiempo. De hecho, existe muy poca evidencia de los efectos negativos del ciclo restrictivo de subida de tasas en Estados Unidos, a parte de los movimientos en las tasas de interés en el corto plazo. Sin embargo, en algún momento de 2019, es probable que la economía de Estados Unidos también converja hacia un crecimiento más débil. Esto no significa que sea el resultado de una recesión, sino de un crecimiento más débil, una inflación más alta y una liquidez más restrictiva que representan unos vientos en contra cada vez mayores.
China en transición
El enfoque de China ha sido mucho más asertivo bajo la presidencia de Xi, en comparación con algunos de sus predecesores que prefirieron la política de Den Xiaoping que trataba de esconder la fortaleza de China y que se conoció como un ‘ascenso pacífico´. Esto ha precipitado finalmente una respuesta en forma de un gran giro en la política de Estados Unidos, de una relación acomodaticia a una de rivalidad, que ha servido para reforzar las presiones cíclicas a la baja de la economía China, en la moneda y los mercados durante el curso de 2018.
Nuestro principal supuesto es que el crecimiento continuará debilitándose en 2019. Más decisiones materiales se tomarán para facilitar las condiciones y dar apoyo al crecimiento, pero el liderazgo chino aceptará una economía debilitada en el corto plazo en lugar de comprometer sus ambiciones a largo plazo de transformar su economía en un modelo más centrado en el consumo.
Paradójicamente, las presiones comerciales de Estados Unidos acelerarán el proceso de reforma en lugar de desacelerarlo. Las reformas tienen una base muy amplia, pero son particularmente importantes las reformas relacionadas con la transformación de la economía -el giro de una producción de cantidad a una de calidad- y las reformas en los mercados de capitales, que reducirán cada vez más la dependencia de un sistema financiero dominado por bancos con modelo de negocio anticuado. De hecho, es probable que el próximo año sea un año decisivo en la apertura de los mercados de capitales en China a los inversores extranjeros.
La empresa de creación de índices MSCI planea incrementar el peso de las acciones clase A en sus principales índices de referencia, de un 5% a un 20%, mientras que es probable que Bloomberg Barclays incluya las emisiones de China en su índice Global Aggregate de renta fija a partir de abril 2019.
Se espera que otros proveedores de índices sigan la tendencia. La debilidad cíclica crea una oportunidad estratégica en el largo plazo. La transformación de la economía China y la apertura de sus mercados financieros representa una importante oportunidad estratégica para los inversores internacionales que en la actualidad tienen unas asignaciones muy modestas.
La renta variable y la deuda china están listos para formar la parte de crecimiento dentro de las carteras de los inversores en los próximos 20 años y más allá. Las debilidades cíclicas representan una oportunidad para acumular exposición en niveles de valoración baratos.
Commodities:
En el pasado, los precios de las materias primas se han beneficiado frecuentemente en la última parte del ciclo. En Investec AM esperan que las tasas de la inflación subyacente aumenten en las economías desarrolladas. Sin embargo, en su opinión, un crecimiento más lento y una menor demanda por las materias primas, en particular en China -la mayor fuente de demanda- dominarán probablemente su desempeño. La naturaleza consolidada de la industria, y la disciplina de suministro a nivel de empresa, deberían proporcionar algo de soporte. Los precios del crudo podrían también haber tocado techo por ahora. La oferta y la demanda está establecida para seguir ajustada, debido a una fuerte caída en la inversión en las fuentes convencionales de producción, por un lado, y la moderación de la tasa de crecimiento de la producción relacionada con el crudo de esquisto (shale oil), por otro. Sin embargo, un crecimiento global más débil y una destrucción de la demanda representa vientos en contra.
Por su parte, el oro tiende a tener un pobre desempeño en periodos de subida de tipos de interés. La tasa de rendimiento de los bonos del gobierno estadounidense vinculados a la inflación se ha duplicado y la fortaleza del dólar parece estar prometiendo más de lo mismo. Pero estos activos están discutiblemente en precio y el oro tiende a tener un buen rendimiento en periodos de lento crecimiento y una mayor incertidumbre. Aún más, los planes a largo plazo de las autoridades chinas para des-dolarizar el mercado del oro añadirán un comprador estructural al mercado del oro.
Los metales industriales se enfrentan a unos desafiantes vientos en contra, pero la oferta y la demanda se encuentran en un mejor equilibrio que en otros ciclos. El oro podría emerger como un activo defensivo, sorprendiendo al alza.