La economía mundial continúa en expansión, pero existen algunos signos de que el crecimiento podría haber tocado techo conforme las economías de Estados Unidos, Europa y Asia se desaceleran. Los índices globales de gestores de compras (PMI) han disminuido a medida que las órdenes de exportación se han ralentizado y las últimas estimaciones sitúan el crecimiento del PIB estadounidense en el cuarto trimestre en un 2,5% después de un crecimiento del 3,2% en el tercer trimestre.
Se espera que la actividad en Europa y Japón repunte en este trimestre conforme el arrastre temporal que golpeó la producción en el tercer trimestre se invierte. Sin embargo, ambos han decepcionado en este año, y de forma más general, los indicadores de Schroders muestran una pérdida de impulso en el crecimiento conforme nos dirigimos hacia el final del año.
La foto en los mercados emergentes es algo más mixta. China y las economías asiáticas en general se encuentran bajo presión por las tensiones comerciales y una menor demanda en tecnología, mientras que, en América Latina, Brasil parece estar listo para fortalecerse ahora que las elecciones han terminado. La desaceleración en China se refleja en el debilitamiento de la facturación de los casinos de Macao, que siguen siendo considerados como un buen indicador de los ingresos del consumidor.
Actualización de las previsiones
En Schroders han actualizado sus previsiones y esperan que el crecimiento global alcance un 3,3% en este año, sin cambios con respecto a la previsión anterior y la misma que mantenían en 2017, antes de disminuir el crecimiento de 2019 al 2,9%.
La previsión para el próximo año es algo más débil que lo que se había estimado anteriormente (3,1%) y refleja las rebajas en la eurozona y en los mercados emergentes. Es la tercera rebaja que Schroders realiza sobre la previsión de crecimiento para 2019 en este año.
A pesar de un menor crecimiento y unos menores precios del petróleo, prevén que la inflación global se incremente hasta el 2,9% en 2019. Esto se debe a una mayor inflación en los mercados emergentes, donde la debilidad de las monedas está empujando los precios de la importación. En las economías avanzadas, Schroders ha recortado sus previsiones de inflación como consecuencia de las rebajas aplicadas a Japón y Reino Unido.
El pronóstico de inflación en Estados Unidos para el próximo año no ha cambiado mucho, con la inflación permaneciendo en un elevado 2,7% a pesar de un menor perfil de precios del crudo, ya que Schroders espera que la inflación subyacente aumente aún más.
Para 2020, Schroders prevé una mayor desaceleración en el crecimiento global hasta el 2,5%, liderada principalmente por Estados Unidos, cuyo crecimiento se espera que se enfríe a solo un 1,3% y una desaceleración adicional en China, hasta el 6%. Una mayor desaceleración también es una característica de las economías de Europa y Japón, donde se espera que crezcan a un 1,5% y un 0% respectivamente en 2020.
Si Schroders está en lo correcto, su pronóstico implica que 2019 sería el año más débil de crecimiento global desde 2008, reflejando ampliamente el desvanecimiento del estímulo fiscal y el endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos, junto con los efectos de una guerra comercial prolongada entre Estados Unidos y China.
Muchos creen que el presidente Trump encontrará un modo de impulsar la economía a tiempo para las siguientes elecciones presidenciales. En la opinión de Schroders, el cambio de control en la Cámara de representantes después de las elecciones de medio término hace que esto sea más difícil. Las buenas noticias es que se espera que la inflación global se modere al 2,7% en 2020, reflejando la desaceleración del crecimiento en 2019.
La política monetaria y el dólar
Schroders espera que 2019 conlleve el final del ciclo de endurecimiento monetario de la Reserva Federal y espera tres subidas más de manera que la tasa de interés de los fondos federales alcance un 3% en junio de 2019. La decisión vendrá respaldada por los signos de moderación de la actividad y la visión de que la política monetaria está alcanzando un matiz de endurecimiento en lugar de neutral.
En el 3%, con una tasa de inflación objetivo del 2%, las tasas de interés reales se situarán en el 1% y en la parte alta de las estimaciones para R*, la tasa de interés de equilibrio o la tasa de interés neutra.
El banco central estadounidense estará interesado en crear un aterrizaje suave para la economía, especialmente dada la probable intensificación de la presión política. Conforme la economía se enfría algo más en 2020 se podría esperar algún recorte, con la tasa de los fondos federales cayendo al 2,5% a finales del año. En Schroders están asumiendo que, para lograr esto, la Fed mira a través de la inflación por encima de su objetivo en 2019 y pausa para tener en cuenta los efectos de un menor crecimiento en los incrementos de los precios futuros.
El argumento contrario es que seguirá endureciendo su política en respuesta a una elevada inflación. Claramente, indican en Schroders, existe un riesgo en esta dirección, que dependerá de si las presiones de los costes salariales se aceleran significativamente. El crecimiento salarial ha repuntado recientemente, pero no lo suficiente como para amenazar la estabilidad de la inflación en el largo plazo. En el caso de que la Fed decida ser más agresiva o hawkish y continúe ajustando su tasa de interés más allá del 3%, Schroders podría considerar un escenario de alto riesgo de recesión en 2020.