Según apunta Ian Samson, analista de mercado en Fidelity International, el tono más suave utilizado por la Reserva Federal podría proporcionar algo de respiro a los golpeados activos de los mercados emergentes, pero los riesgos a la baja se mantienen debido a la desaceleración de China y el endurecimiento de las condiciones globales.
La Reserva Federal podría haber dado a los mercados emergentes un catalizador positivo para 2019. En un reciente discurso, el gobernador de la Fed, Jerome Powell, reconoció finalmente que el estímulo fiscal de Estados Unidos no durará para siempre, el ajuste monetario afecta al crecimiento con algo de retraso, y la desaceleración externa (en los mercados emergentes) podría volverse en contra de Estados Unidos. Otros portavoces de la Fed realizaron declaraciones después para reforzar este mensaje.
Probablemente no escapó a su atención que el índice del dólar ponderado por el comercio tocó un máximo dentro del ciclo. Mientras que estos comentarios no suponen un cambio en las perspectivas del ciclo en el próximo trimestre, la posibilidad de una ‘pausa’ por parte de la Fed en su ciclo de subidas y de un dólar alcanzando máximos se ha incrementado, algo que es muy bueno para los países emergentes en 2019.
Por otro lado, las perspectivas de la política y el crecimiento en China siguen siendo una preocupación, un viento en contra potencial para los mercados emergentes. Las autoridades de Beijing se han dado cuenta de que deben actuar y han acelerado el gasto en infraestructura en los dos últimos meses. Sin embargo, con el apoyo general de la política fragmentado y con unos datos de crédito debilitados, que una creciente desaceleración continúe en 2019 sigue siendo una de las preocupaciones principales.
Los datos de china muestran una imagen densa. En el lado negativo, el indicador PMI de servicios publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas y por Caixin cayeron, y los datos de ventas minoristas continuaron cayendo, en parte debido a una débil venta de automóviles. Incluso la actividad en bienes raíces parece estar cediendo provisionalmente, después de un año muy sólido hasta ahora. Liderando todo lo expuesto se encuentra uno débil dato del crédito, conforme la emisión del gobierno local ha caído abruptamente. La medida favorita de expansión del crédito de Fidelity International, en un periodo de 12 meses, cayó hasta su punto más bajo desde el primer trimestre de 2016, lo cual ejercerá presión en la actividad futura.
En el lado positivo, la inversión en infraestructuras, medida año a año, ha cambiado de signo, pasando de una contracción del 6% a un crecimiento del 6% conforme Beijing instó a los gobiernos locales a ponerse en marcha. De forma similar, el índice PMI de construcción se elevó cerca de sus máximos. En conjunto, los datos de la inversión siguen siendo buenos, pues la inversión privada creció un 8% medido año a año en términos nominales, pero se debe tener en cuenta que esta es la misma tasa de crecimiento que tiene Estados Unidos.
Enfocándose en el desapalancamiento financiero y en la infraestructura
No se debe sobreestimar el impacto de los aranceles como un factor de los movimientos del mercado o en las perspectivas de la política doméstica en China. Ha sido mucho más importante para el estrés de los mercados el desapalancamiento financiero, la caída del gasto en infraestructura y la ruptura del mecanismo de transmisión del crédito para empresas privadas conforme los bancos priorizaban el préstamo ‘seguro’ a las empresas respaldadas por el estado.
Además, el gasto de inversión en infraestructuras es cinco veces el tamaño de las exportaciones a Estados Unidos, y las autoridades políticas permitieron que éste se desacelerara desde una tasa de crecimiento del 20% a casi un 0%. Con estos datos, Fidelity International cree que los argumentos que sostienen que Beijing podría abandonar la prudencia fiscal y financiera para contrarrestar el impacto extraordinario que puede ocasionar en el crecimiento los aranceles impuestos por Estados Unidos son algo incongruentes.
En conclusión, los riesgos de los mercados emergentes mantienen sus riesgos a la baja debido a la desaceleración en China – donde la respuesta política sigue siendo insuficiente- y al endurecimiento de las condiciones globales. Es muy probable que el crecimiento de los mercados emergentes se mantenga presionado tanto por factores externos, con el indicador adelantado de Fidelity, medido año a año, atrapado en territorio negativo, y forzando el endurecimiento de las políticas monetarias domésticas.
Sin embargo, el claro relajamiento de la retórica de la Fed ha abierto 2019 a unos riesgos de ‘dos direcciones’ en las condiciones financieras, e incluso a una pausa por parte de la Fed. Esto probablemente podría proporcionar un respiro a los golpeados activos de los mercados emergentes, especialmente en términos de dólares. Unos menores precios del crudo podrían proporcionar otro viento de cola en muchos mercados emergentes, siempre que no repunten y que no sean un síntoma de un colapso en la demanda.
Por ahora, sin embargo, se debe ser cauteloso con el riesgo absoluto de los mercados emergentes. Este caso de inversión se puede implementar evitando aquellos mercados emergentes que han sido resilientes a la fortaleza del dólar pero que son vulnerables a una desaceleración en el comercio chino. En su lugar, Fidelity favorece aquellos mercados emergentes que han sido golpeados por vulnerabilidades en su financiación externa, pero que están relativamente aislados de China.