Las preocupaciones sobre el aumento de las tasas de interés, los conflictos comerciales, las elevadas valoraciones y la desaceleración del crecimiento han provocado una caída en los principales índices bursátiles globales.
El pasado miércoles, 10 de octubre, el índice Dow Jones Industrial Average cerró 831 puntos por debajo de su precio de apertura, una caída del 3,15%, su peor caída desde febrero de este año. El mismo día, el Nasdaq y el S&P 500 cayeron alrededor de 315 y 94 puntos respectivamente, un 4,08% y 3,29% abajo frente al inicio de la sesión. El jueves continuaron las caídas en las bolsas estadounidense y comenzó a verse un efecto de contagio en las bolsas europeas y asiáticas.
Todavía no está claro qué tan larga o profundo será este derrumbe del mercado, de hecho, los mercados están actualmente en fase de recuperación. Sin embargo, los inversores se preguntan qué es lo que está impulsando la volatilidad y si augura un período más difícil en el futuro.
“Algunos de los vientos de cola que han empujado a los mercados de valores de Estados Unidos a niveles récord en 2018 podrían convertirse en vientos en contra en el próximo año”, comentó recientemente Jeff Rottinghaus, gestor de cartera de renta variable de gran capitalización estadounidense.
“Si bien el entorno debe seguir siendo un apoyo para la inversión, podría ser más desafiante de ahora en adelante”.
A pesar de la desaceleración económica y la recuperación de la volatilidad, el contexto para los mercados mundiales de renta variable sigue siendo en general favorable. El crecimiento de las ganancias económicas y corporativas de los Estados Unidos ha sido muy sólido en 2018, pero algunas valoraciones son elevadas, y es probable que se produzca un crecimiento más lento a medida que aumenten los tipos de interés y se desvanezca el impacto de los recientes recortes fiscales.
Los tipos de interés y la inflación siguen siendo muy bajas en Japón y en muchos países europeos desarrollados, donde las valoraciones de capital son atractivas y es probable que continúe el crecimiento de las ganancias corporativas. Si bien los mercados emergentes han tenido un desempeño significativamente inferior este año, sus valoraciones fundamentales son atractivas en relación con los Estados Unidos y los mercados más desarrollados.
Subida de tasas y preocupación por la inflación
Un factor clave de las recientes caídas es que las expectativas de que la Reserva Federal de los Estados Unidos siga incrementando las tasas de interés a corto plazo, lo que ha provocado un aumento en los rendimientos de los bonos. El hecho de que la Fed también esté en el proceso de reducir su balance, a medida que disminuye su programa de flexibilización cuantitativa también está impulsando los rendimientos de los bonos, al igual que sucede con la actual emisión a gran escala de títulos del Tesoro por parte del gobierno de Estados Unidos para financiar su déficit presupuestario.
Las expectativas de unas subidas de tipos continuadas por parte de la Fed han aumentado debido al sólido desempeño de la economía de Estados Unidos, el crecimiento del empleo y la aceleración de los salarios, que están alimentando las preocupaciones sobre la inflación, incluso cuando las señales de inflación actuales siguen siendo moderadas.
Unos mayores precios en las importaciones debidos a los aranceles estadounidenses también podrían ejercer una presión al alza sobre los precios. El aumento de la inflación aumenta la probabilidad de que la Reserva Federal incremente las tasas de interés a corto plazo para evitar que la economía se sobrecaliente. Unas tasas más altas a corto plazo se traducen en unos mayores costes de endeudamiento, lo que puede disuadir a los consumidores y las empresas a la hora de realizar compras e inversiones, influir en los márgenes de ganancias de las empresas y potencialmente desacelerar la economía.
En la actualidad, la Fed proyecta que aumentará las tasas una vez más en 2018 y tres veces en 2019. Por su parte, Alan Levenson, economista jefe de T. Rowe Price, cree que la Fed será un poco más agresiva, elevando las tasas nuevamente en diciembre y una vez por trimestre hasta el próximo año.
“Creo que la psicología del mercado es importante ahora; la expectativa en la última década ha sido que la Fed acudiría a ayudar, pero el riesgo es que ahora no puede, ni podrá ayudar a estabilizar los mercados en el corto plazo”, dice Quentin Fitzsimmons, gestor de carteras y miembro del equipo de inversión global de renta fija. “En este sentido, los mercados serán muy sensibles al desarrollo de los datos en el corto plazo”.
Las tensiones comerciales no disminuyen
Las tensiones en curso entre Estados Unidos y China por sus disputas comerciales están causando una considerable inquietud en los mercados. Los dos países han estado implementando, y amenazando con ampliar, los aranceles en una amplia variedad de importaciones entre sí, y no hay indicios de que las tensiones se alivien pronto.
A lo largo de décadas, las grandes compañías estadounidenses, particularmente las empresas manufactureras, han desarrollado extensas cadenas de suministro globales, confiando en otras fuentes globales de producción a un menor coste. Los mayores costes de los componentes debido a las tarifas podrían generar una mayor inflación a largo plazo, dice Peter Bates, gestor de una estrategia industrial global.
“Eventualmente, las compañías aprenderán cómo maximizar sus rendimientos bajo las nuevas reglas”. Larry Puglia, gestor de carteras de acciones estadounidenses de gran capitalización y estilo growth, se siente alentado por los acuerdos en curso con la Unión Europea, México y Canadá. “La búsqueda de términos comerciales más justos es deseable, pero conlleva ciertos riesgos”, dice. “Sería prematuro tomar decisiones de inversión que asuman una resolución exitosa de estos problemas. Estamos haciendo los cálculos para determinar qué es lo que está en juego”.
Unas valoraciones excesivas hacen a las empresas más vulnerables
Las acciones de Estados Unidos, especialmente las de gran capitalización y de estilo growth, se han negociado a niveles elevados. Dado que los mercados de acciones han estado aumentando durante casi 10 años (después de haber tocado fondo en marzo de 2009) y que el crecimiento de las ganancias económicas y corporativas también ha sido sólido durante un largo período, estas altas valoraciones pueden reflejar una visión de que los fundamentales favorables actuales se mantendrán en un futuro previsible. Si este fuera el caso, los mercados podrían ser vulnerables a cualquier desarrollo que implique una perspectiva económica más débil.
Las recientes caídas en las acciones llamadas FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google), que han liderado el mercado de valores de Estados Unidos durante algún tiempo, pueden haber contribuido a una venta más amplia. Otros valores de alto rendimiento, como el fabricante de automóviles Tesla y las compañías chinas Alibaba y Tencent Holdings, también han visto cómo sus acciones se han retrocedido con respecto a sus mejores niveles. Si bien muchas de estas acciones parecen tener fundamentos favorables, no sería extraño que experimenten un período de desempeño más débil.
“De forma general, el retroceso del mercado está siendo impulsado por el sector de la tecnología y las compañías de internet”, explica Don Peters, gestor de la cartera de renta variable diversificada de estilo growth y mediana capitalización, así como de la cartera de eficiencia fiscal en renta variable. “Francamente, estoy sorprendido de que los valores de mayor crecimiento y mayor momentum, que han liderado el mercado durante tanto tiempo, hayan tardado tanto en experimentar una corrección”.
Las valoraciones de las acciones europeas son modestamente atractivas en comparación con las estadounidenses, mientras que las acciones del Reino Unido se negocian con un descuento en la mayoría de los mercados mundiales de acciones, probablemente debido a la incertidumbre actual sobre el Brexit. En los mercados desarrollados de la región Asia -Pacífico, las valoraciones son generalmente atractivas en comparación con Estados Unidos, pero las ganancias siguen siendo vulnerables a cualquier desaceleración en el comercio global. Las acciones japonesas, en particular, están respaldadas por fuertes valoraciones relativas, un crecimiento positivo de las ganancias y una mejora gradual del gobierno corporativo. Las valoraciones de las acciones en los mercados emergentes son más atractivas que las de los mercados desarrollados, ya que las acciones se han vendido a raíz de las preocupaciones comerciales y la debilidad de la moneda y, como resultado, han tenido un desempeño significativamente inferior. En los últimos seis meses, finalizando el periodo el 30 de septiembre de 2018, el índice MSCI Emerging Markets se rezagó con respecto al índice S&P 500 en aproximadamente 20 puntos porcentuales en términos de dólares (‐8,73% para el índice MSCI Emerging Markets frente al 11,41% para el índice S&P 500).
El crecimiento global permanece firme, por ahora
Recientemente, el crecimiento económico de Estados Unidos ha sido sólido. El gasto fiscal, la reforma fiscal y la desregulación están impulsando el período actual de crecimiento acelerado, pero los estímulos de último ciclo, como los recortes de impuestos del año pasado, pueden hacer que la economía se “sobrecaliente” o crezca a un ritmo insosteniblemente rápido.
“La economía de Estados Unidos, impulsada por la reforma fiscal y las políticas de desregulación, es sólida”, dice Rottinghaus. “La producción ha alcanzado nuevos máximos, los indicadores principales son positivos, la confianza del consumidor es favorable y el optimismo de las pequeñas empresas está en su punto más alto. Sin embargo, estamos en las últimas etapas de este ciclo económico con políticas monetarias menos acomodaticias, unas tasas de interés más altas, y con un aumento de la inflación y de los costes laborales, en medio de un mercado laboral más ajustado”.
El crecimiento en la Europa desarrollada se está desacelerando, pero se mantiene relativamente estable. Sin embargo, los indicadores de sentimiento están en sus niveles más bajos de aproximadamente nueve meses. En el Reino Unido, el crecimiento económico parece saludable, con un bajo desempleo, un crecimiento salarial razonable y un grado limitado de holgura.
Las economías impulsadas por el comercio en la región de Asia-Pacífico son saludables, pero se desaceleran a medida que el crecimiento mundial continúa moderándose. La actividad económica japonesa ha sorprendido al alza, pero puede enfrentar un pequeño bache debido a los recientes desastres naturales. La actividad económica de Australia continúa debilitándose, siendo el mercado de la vivienda una preocupación particular.
En los mercados emergentes, el impulso económico en China se está desvaneciendo, pero se espera que los formuladores de políticas continúen respondiendo con medidas acomodaticias. También se espera que el crecimiento se desacelere en otros países emergentes, donde las tasas de interés tienen una tendencia al alza y los bancos centrales están ajustando sus políticas monetarias. Los países que son importantes importadores de crudo, como Turquía e India, también se ven perjudicados por los precios más altos del petróleo: el precio del barril del crudo Brent de referencia mundial se situó recientemente por encima de los 80 dólares, un máximo no alcanzado en cuatro años.
¿Qué puede ocurrir ahora?
Si bien un revés del mercado es siempre desconcertante, cabe esperar que se den períodos ocasionales de turbulencia. Debe tenerse en cuenta que, a pesar de la reciente caída del mercado y la recuperación de la volatilidad, el contexto de los mercados globales de renta variable sigue siendo en general favorable.
Es imposible predecir con certeza si la reciente corrección demostrará ser una caída temporal o algo más serio. Además, tratar de cronometrar el mercado es muy difícil, incluso para los profesionales de la inversión. Un intento fallido a la hora de tratar de elegir el momento oportuno en los mercados puede perjudicar el rendimiento de la inversión a largo plazo de dos maneras diferentes: primero, vendiendo activos cuando han perdido algo de valor y yendo a efectivo, realizando efectivamente esas pérdidas; y segundo, al perderse al menos parte de las ganancias cuando el mercado toca fondo y comienza a recuperarse.
“Si bien el entorno económico y del mercado de capitales es más favorable de lo que lo ha sido durante algún tiempo, los inversores no deben esperar de forma razonable que los sólidos rendimientos del mercado continúen indefinidamente”, dice Peters. “Dado el buen desempeño que hemos tenido en los últimos años, no sería sorprendente ver una menor rentabilidad del mercado de valores en los próximos años. Dicho esto, las acciones siguen siendo la mejor opción para los inversores que buscan un crecimiento de capital a largo plazo”.