Con motivo del Día de la Educación Financiera, Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4 Banco, revindica el papel clave que tienen las entidades financieras, en particular aquellas especializadas en la inversión, de fomentar y realizar educación financiera con sus clientes en el momento de la venta de productos.
En su opinión, todos tenemos un rol y una responsabilidad en hacer esta pedagogía, desde las instituciones regulatorias como el Banco de España o la CNMV, pasando por los medios de comunicación y los colegios. “Creo que en especial las entidades financieras tenemos una gran oportunidad de educar a los ahorradores en el momento de la venta y de la acción comercial porque somos los que tenemos el contacto último con el inversor y los que hacemos seguimiento de sus decisión de inversión. En Renta 4 creemos que la educación financiera debería ser parte del modelo de negocio de las entidades financieras dentro de la parte de ventas o como una actividad abierta a los ahorradores a través de talleres o charlas”, defiende el responsable de Renta 4 Banco.
Sonar suena bien, pero el propio Ureta reconoce que no es sencillo hacer esta pedagogía, más en un mercado de bajos rendimientos en la parte de renta fija. ¿Cómo se le explica a un ahorrador tradicional que el riesgo en los depósitos es cero porque la rentabilidad ahora mismo es cero? En este sentido, Ureta pone el acento en explicar no solo el producto, sino el tipo de activo en que se invierte y cómo se comporta.
“El mayor foco hay que ponerlo en los inversores conservadores porque están optando por productos o activos con más riesgo, y es totalmente necesario que los comprendan”, afirma. En este sentido, reconoce que MiFID II es una ayuda, sobre todo porque protege al inversor, pero también encuentra alguna pega: “La norma tienden a presentar la información de los productos de una forma estandarizada y unificada. Creo que eso no es del todo bueno. Considero que hay que tener cuidado con que los formalismos que propone la norma no se conviertan en ventas estandarizadas porque estaríamos desprotegiendo al inversor al no explicar y concretar correctamente las peculiaridades de cada producto”.
Aun así, Ureta se muestra optimista con los retos que tiene por delante, como ejemplo con lo poco atractivo, hablando en términos de marketing, que resultan algunos productos o con cómo explicar la complejidad de algunos productos. “Creo que a medida que se vaya aplicando MiFID II veremos aspectos como la diferencia entre informar y asesorar, e iremos aterrizando de forma más práctica la norma”, matiza.
Otro reto considerable, en su opinión, es la popularidad que ha logrado la inversión pasiva entre los inversores. “Para nosotros la gestión pasiva es una herramienta en nuestras carteras, pero para el público en general se ha presentado como una solución mágica, de low cost, para las inversiones. Detectamos que existe la percepción de que la gestión pasiva no puede caer y este es un aspecto que hay que trabajar y explicar qué es, cómo funciona y cómo se puede usar cuando escuchamos todo eso de robots, algoritmos e inteligencia artificial”, argumenta Ureta.
A la hora de explicar cómo hacen frente desde Renta 4 Banco a todos estos retos que les plantea la educación financiera, el responsable de la entidad señala la digitalización como una herramienta clave. “Creemos que puede ser de gran ayuda para realizar esa educación financiera y, en nuestra opinión, apostamos por un integración entre la plataforma digital y la presencia de oficinas. Por ejemplo, la experiencia nos dice que la tecnología es muy útil a la hora de presentar y explicar productos”, concluye.