Recién cumplido el décimo aniversario de la quiebra de Lehman Brothers, fecha que muchos analistas consideran el inicio de la crisis financiera de 2008, el mercado bursátil estadounidense parece haber olvidado las cicatrices del pasado. Con el índice S&P 500 superando los 2.900 puntos, desde los 676.53 que llegó a tocar el 9 de marzo de 2009, en lo más profundo de la recesión, un número creciente de inversores en el mercado de renta variable estadounidense se pregunta cuánto más pueden durar los buenos tiempos. Según apunta Julian Cook, especialista de carteras para la división de renta variable de T. Rowe Price, ésta es una cuestión cada vez más frecuente, a raíz de un verano tormentoso en los mercados de renta variable.
Aunque gran parte de la reciente volatilidad puede deberse a la intensificación de las tensiones comerciales entre EE.UU. y China, hay pocas dudas de que la volatilidad ha aumentado en general en 2018. Al mismo tiempo, con las valoraciones del mercado estadounidense por encima de los niveles medios y unos tipos de interés que empiezan a subir, algunos creen que este “periodo idílico” para Estados Unidos está llegando a su fin. Aunque los riesgos sobre el comercio y la inflación han ganado importancia, al final son los datos, tanto macroeconómicos como microeconómicos, los que suelen revelar todo.
¿Está la fase de expansión de Estados Unidos a punto de llegar a su fin?
Con la expansión económica de EE. UU. ya en su décimo año —el segundo mayor periodo de crecimiento en la historia del país—, se entiende que a los inversores les preocupe que haya comenzado la cuenta atrás y que la próxima recesión pueda estar a la vuelta de la esquina. Sin embargo, la solidez de los datos estadounidenses, tanto económicos como de las empresas, sugiere que aún falta tiempo para llegar al fin del ciclo, que suele estar asociado a un aumento de la inflación, una política monetaria contundente y un deterioro de los márgenes de beneficios corporativos. De momento, apenas se han visto indicios de esto en EE.UU. y, aunque los tipos de interés han empezado a subir, parten de un nivel muy bajo y el entorno sigue siendo favorable.
Curiosamente, en el plano macroeconómico se ha visto un cambio en la evolución del crecimiento global en 2018. En el resto del mundo, el crecimiento económico parece haber alcanzado el máximo a principios de 2018 y se ha desacelerado ligeramente desde entonces. En cambio, el ritmo y la fortaleza del crecimiento de EE.UU. son evidentes: la economía se expandió un 2,8% más (en términos interanuales) en el segundo trimestre de 2018. Mientras tanto, los datos a corto plazo sugieren que la dinámica del crecimiento debería continuar hasta entrado 2019. La confianza empresarial y del consumidor siguen siendo favorables, mientras que el mercado laboral estadounidense muestra una forma excelente: el índice de desempleo registra su nivel más bajo en muchas décadas y, por primera vez desde que se tienen registros, hay más vacantes laborales que desempleados. Los salarios están mejorando, lo que debería ayudar a sostener el sólido gasto de consumo.
El crecimiento de los beneficios corporativos de EE.UU. probablemente ha alcanzado su máximo, pero no ha terminado
En el plano corporativo, a pesar de los temores relacionados con el comercio, las empresas estadounidenses siguen generando unos resultados sobresalientes y un elevado porcentaje de ellas han alcanzado o superado sus expectativas de beneficios. Aunque el crecimiento de los beneficios de EE.UU. probablemente alcanzó máximos en el primer semestre de 2018, con un dato espectacular de entre el 23% y el 24%, el consenso actual para el tercer y cuarto trimestre es de un crecimiento adicional del 22% y 19%, respectivamente. De cara a 2019, las expectativas del consenso apuntan a un crecimiento de los beneficios más moderado (10%), que sigue siendo superior a la media a largo plazo del crecimiento anual de los beneficios del 7% (gráfico 1).
En cuanto a las valoraciones, el mercado de renta variable estadounidense cotiza actualmente por encima de los niveles medios. Sin embargo, dados los excelentes beneficios que se están viendo, los actuales múltiplos de precio-beneficio no parecen exagerados en la opinión de T. Rowe Price.
La temporada de resultados del segundo trimestre fue excelente para varias empresas grandes orientadas al crecimiento. En el sector de la tecnología de la información, por ejemplo, compañías como Microsoft y Alphabet registraron una ligera reaceleración de los ingresos y los beneficios, que se vio debidamente reflejada en sus respectivas cotizaciones. Una excepción importante fue Facebook, que cayó prácticamente un 20% después de que la compañía revisara a la baja sus expectativas de crecimiento. Aunque la caída fue impresionante y acaparó los titulares, se sigue esperando que Facebook registre una tasa de crecimiento de los beneficios de más del 20%, una cifra excelente para una empresa tan grande.
El riesgo de inflación sigue siendo bajo, pero va en aumento
Puede que el principal riesgo para las perspectivas positivas de T. Rowe Price sobre la renta variable estadounidense sea la inflación mayor de la esperada y la consiguiente respuesta política de la Reserva Federal. Si la Fed subiese los tipos de interés demasiado rápido, provocando un aplanamiento de la curva, esto podría perjudicar a la renta variable, ya que se estarían pisando los frenos monetarios con demasiada fuerza, con la posibilidad de que la economía estadounidense entrase en recesión. Sin embargo, un resultado así parece improbable para la gestora, ya que la Fed se ha mostrado muy comedida con los tipos hasta la fecha y no hay muchos motivos para pensar que vaya a cambiar de táctica y endurecer su postura. Entretanto, mientras continúe el crecimiento de los beneficios, T. Rowe Price cree que la renta variable seguirá comportándose bien.
A pesar de las turbulencias que se han visto en 2018, el S&P 500 Index ha seguido avanzado, acumula una subida de aproximadamente el 6% en lo que va de año y marca nuevos máximos. Evidentemente, la confianza no se ha visto muy perjudicada por el reciente repunte de la volatilidad. Aunque cabe esperar un mayor nivel de volatilidad como algo normal a partir de ahora, con la posibilidad de nuevos retrocesos, T. Rowe sigue confiando en que el ciclo del mercado estadounidenses aún tiene recorrido. El crecimiento económico es sólido, los beneficios corporativos siguen sorprendiendo y las valoraciones, aunque por encima de la media, tampoco están en niveles extremos. Teniendo esto en cuenta, la perspectiva de T. Rowe Price sobre el mercado de renta variable estadounidense y su rumbo en general apenas ha variado.
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