Después de apreciarse a principios de año, el precio del oro ha caído considerablemente desde abril y el 15 de agosto alcanzó su nivel más bajo desde enero de 2017. La principal razón de esta caída es la fortaleza del dólar.
Desde mediados de abril, el dólar ha pasado de 1,24 a 1,14 frente al euro y se ha apreciado frente a la mayoría de las otras monedas. Los expertos de BLI atribuyen la fortaleza del dólar al buen desempeño de la economía estadounidense y al endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal, y en parte al contexto de un aumento de la aversión al riesgo que ha ayudado a la moneda estadounidense a recuperar su condición de refugio seguro.
A este respecto, los problemas actuales en Turquía son para la gestora indicativos: los inversores temen un efecto de contagio a otros países de mercados emergentes, así como a los países de la zona euro debido a la interconexión entre los países europeos y Turquía.
Pero independientemente de las perspectivas del dólar, no faltan argumentos a favor del oro a largo plazo. Guy Wagner, director de inversiones y managing director de BLI- Banque de Luxembourg Investments, enumera hasta ocho en su último análisis de mercado:
- En un entorno de deuda excesiva, dice, existe una gran posibilidad de que se produzca otra crisis financiera. Dicha crisis debilitaría aún más el sistema financiero. En este escenario, es muy probable que los bancos centrales se embarquen en un conjunto aún más pronunciado de medidas no convencionales y, por lo tanto, aceleren la pérdida de confianza en el papel moneda.
- En contraste con lo que sucedió en las tres décadas previas a la crisis de 2008, recuerda, los bancos centrales parecen decididos a crear inflación. No deberíamos descartar sus posibilidades de éxito en esta misión.
- A pesar del endurecimiento actual de la política monetaria de la Reserva Federal, las tasas de interés reales (es decir, ajustadas por la inflación) siguen siendo muy bajas o incluso negativas. Un fuerte aumento de los tipos reales en un contexto de deuda excesiva, cree Wagner, tendría consecuencias muy negativas en la economía global.
- La situación geopolítica no es particularmente tranquilizadora. La confluencia de importantes desigualdades sociales, el auge del populismo, un cambio en el orden global con el declive progresivo de Estados Unidos como potencia dominante y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y algunos de sus socios se encuentran entre los riesgos más importantes.
- Los activos financieros tradicionales cotizan a altos múltiplos de valuación y el oro está negativamente correlacionado con la mayoría de estos activos.
- Los riesgos relacionados con el aumento de las estrategias de inversión pasivas se han subestimado significativamente. Varias de estas estrategias se basan en tecnologías que funcionan en los mercados alcistas pero que aún no se han probado en situaciones de crisis y ofrecen una ilusión de liquidez que rápidamente podría ser falsa, advierte el gestor.
- La oferta de oro no aumentará mucho en los próximos años dado el descenso de la vida media de las minas y la inversión insuficiente en el desarrollo de nuevos campos. Además del problema de la financiación, está el hecho de que es probable que los obstáculos políticos y ambientales limiten el desarrollo de nuevas minas.
- Cada vez más países, comenzando con China, están desafiando la hegemonía del dólar y las ventajas competitivas que el dólar como moneda de reserva le otorga a los Estados Unidos, lo que el economista francés Jacques Rueff llamó el «privilegio imperial» del Estados Unidos. Algunos observadores incluso piensan que, a largo plazo, China podría ofrecer la convertibilidad de su moneda al oro como una forma de «dolarizar» a Asia y hacer que el renminbi sea aceptado como una alternativa al dólar. En cualquier caso, añade, no se puede negar que el oro físico está migrando de Occidente a Oriente.
En conclusión, el oro es de alguna manera un seguro contra el riesgo de que las cosas no salgan como se espera. Una inversión en oro no debe considerarse como una especulación a corto plazo.
“Su precio aumentará cuando los inversores se den cuenta de que los bancos centrales no pueden normalizar sus políticas monetarias y deshacer lo que han creado a través de sus políticas monetarias no convencionales y la manipulación de las tasas de interés. Las tasas de interés artificialmente bajas tienen el efecto de adelantar el consumo futuro y retrasar la eliminación de empresas no rentables, así como alentar la especulación. El oro también es una protección en caso de un colapso del mercado financiero”, concluye Wagner.