El pasado mes de febrero, el mercado de real estate vivió una transacción muy peculiar en Estados Unidos: una cartera de 17 edificios y varios miles de metros cuadrados cambió de manos en una operación que abarcó varios estados. No se trataba de edificios de oficinas ni zonas residenciales. Eran clínicas, consultorios médicos, quirófanos, y varios tipos de equipamientos médicos.
Y es que los medical office building –MOB por sus siglas en inglés– son ahora mismo uno de los sectores favoritos de los inversores, según un informe de la consultora inmobiliaria JLL, que ha detectado una alta demanda de adquisiciones de este tipo a gran escala, incluso después de un año excepcional.
«Desde 2009, el sector de la construcción de oficinas médicas ha sido la imagen de la estabilidad», dice ella. «Los MOB están exhibiendo el tipo de ingreso duradero que atrae a muchos inversores», explica Mindy Berman, de JLL Capital Markets, Healthcare.
Varias razones
En 2017, las ventas de este sector alcanzaron un los 10.400 millones de dólares en ventas y JLL cree que el impulso continúa este año.
El envejecimiento de la población y la creciente popularidad de los servicios de atención médica para pacientes ambulatorios están llevando a muchos inversores de real estate en Estados Unidos considerar los edificios destinados a actividades médicas
Otra de las principales razones de este auge es el ratio de ocupación de estos servicios y la duración de los arrendamientos. El costo de la construcción de salas de cirugía, consultorios médicos o centros de prevención excede en gran medida al de un inquilino de la oficina tradicional. Debido a esto, los inquilinos médicos generalmente firman términos de arrendamiento más largos, recordó JLL.