El renminbi chino ha recibido algunos golpes en el transcurso de 2018. La depreciación máxima frente al dólar fue de casi el 10%, en un plazo de cuatro meses, tras un fuerte comienzo del año. Esto plantea dos preguntas, según DWS: ¿es tal vez esto una indicación de que China quiere utilizar la política monetaria para contrarrestar la desaceleración de su economía? ¿O es que Pekín está utilizando deliberadamente su moneda para enviar señales a Washington?
La respuesta no está clara. El debilitamiento de algunos indicadores económicos de China coincidió con las conversaciones comerciales entre Pekín y Washington. Además, cuando se observa la evolución de los precios de una moneda en comparación con otra, se puede pasar por alto cuál de las dos divisas hacía de motor principal, dicen desde la gestora.
Su «gráfico de la semana» muestra que, aunque el renminbi se ha debilitado recientemente con fuerza frente al euro, sólo ha compensado (en exceso) la fuerte apreciación previa. En comparación con el comienzo del año, el renminbi se depreció frente al euro en menos de un 2%. Que China debilite deliberadamente su moneda sigue siendo una cuestión de perspectiva temporal. Mientras que el renminbi se ha depreciado frente al dólar desde 2013, había ganado alrededor de un 35% frente al billete verde en los diez años anteriores.
Sin embargo, una mirada a la paridad del poder adquisitivo muestra que esto no es suficiente para hablar de un tipo de cambio «normal», dicen en la gestora. Según los cálculos de la OCDE, un dólar no debería costar 6,8 yuanes, sino alrededor de la mitad, unos 3,5 yuanes.
«Sin embargo, nuestra expectativa de que el renminbi no se devaluará más en el mediano plazo tiene poco que ver con la paridad del poder adquisitivo. Tiene que ver con la política cotidiana», dicen en la gestora.
Su estratega jefe en Divisas, Stefanie Holtze-Jen,destaca: «La caída del renminbi realmente se aceleró a mediados de junio, y creemos que era lo que Pekín quería. Los datos económicos más débiles fueron sin duda una buena razón para ello. Sin embargo, no consideramos una coincidencia que la devaluación más fuerte comenzara en el mismo momento en que las conversaciones con Washington habían colapsado y se habían implementado los aranceles punitivos. Sin embargo, también creemos que Pekín ha dado ahora una señal clara de que no está interesado en una nueva devaluación que Washington vería como una escalada del conflicto comercial».