Durante el primer trimestre de este año, el PIB de Japón se contrajo por primera vez desde 2015. El país nipón no ha sido ajeno a la ralentización del crecimiento de las economías desarrollas y también se ha visto afectado por este frenazo. ¿Qué podemos esperar de Japón de cara al segundo semestre del año?
Pese a que el crecimiento ha sido menor de lo esperado, desde Candriam son moderadamente positivos porque la factura salaria continúa subiendo y aumenta más rápido que la inflación. “La tasa de paro se situó en el 2,2 % en mayo. Además, las empresas siguen apostando por seguir invirtiendo, como se observa en la última edición de la encuesta Tankan, publicada el 2 de julio. La política monetaria no debería cambiar, ya que dos años consecutivos de crecimiento positivo no han conseguido tirar mucho más al alza de la inflación”, explican desde la gestora.
Su posición “moderada” se debe a que Japón no está libre de riesgos, en concreto la gestora observa dos: la guerra comercial con Estados Unidos y la popularidad del primer ministro Shinzo Abe. Respecto a la guerra comercial, Candriam señala que si las empresa retrasan sus planes de inversión ante el conflicto, Japón sería arrastrada por la consiguiente desaceleración mundial.
Riesgo a perder las Abenomics
En segundo lugar, “el porcentaje de aprobación del primer ministro Shinzo Abe, que ha caído debido, en parte, al escándalo Moritomo. Este hecho ha reducido sus posibilidades de salir reelegido como líder de su partido, el LDP, el próximo mes de septiembre. Si Shinzo Abe no sale reelegido, el nuevo líder del partido (que sería, de facto, el nuevo primer ministro) podría dar un nuevo rumbo a la política económica y fiscal de Japón”, explica la gestora.
En este sentido, lo más importante es cómo afectaría un cambio en la política japonesa a la renta variable del país. “Después de mantener el optimismo en torno a la renta variable japonesa desde el pasado verano, Candriam ha adoptado una postura de mayor cautela en junio. Como se acaba de señalar, la votación para elegir al presidente del LDP en septiembre supone un riesgo para el primer ministro Abe y amenaza su Abenomics, una combinación de políticas de estímulo en el ámbito monetario, económico y fiscal. Este conjunto de políticas expansivas sigue siendo vital para la economía japonesa. Además, los riesgos de guerra comercial supondrían un duro golpe para una bolsa donde las exportaciones pesan mucho”, argumentan desde Candriam.
A consecuencia de ello, el estatus del yen pone de relieve su atractivo como refugio y contrarresta la brecha de tipos de interés. En este sentido, las empresas ya no pueden depender de la debilidad de la moneda para impulsar sus ingresos en el extranjero. Las acciones japonesas están experimentando una ralentización en sus beneficios y apenas crecen en estos momentos, mientras que se prevé que otras regiones registren tasas de crecimiento más elevadas.